Foto del avatar

Patricia Beltrán

Profesora de danza

Publicado el Deja un comentario

Cuándo es útil la improvisación, cómo utilizarla y mi gran error

Hace un tiempo te hablé sobre Mi primera actuación, sobre los miedos que tuve que atravesar para atreverme y de todo lo que gané aquella noche.

Ya te conté que decidimos improvisar porque salimos 5 chicas, y así, cada una podía ir libre entre las mesas. Pero después, y a pesar de bailar sola, seguí improvisando.

Ahora, más de 20 años después, me parece increíble que yo haya bailado así durante bastante tiempo. Lo considero un gran error, te voy a contar por qué.

Siento vergüenza al contarlo, pero te quiero hablar mi experiencia y mis razones para que no te pase lo mismo.

En aquél momento, ilusa de mí, yo sentía que iba sobrada y no me planteaba el prepararme alguna coreografía. Empecé pronto a bailar en un restaurante árabe y cada jueves tenía que bailar unos 20 minutos, que son unas 4 o 5 canciones. Para ir cambiando de música, mi mejor plan era improvisar sobre canciones nuevas. No es que sea la mejor excusa del mundo, pero así lo pensaba entonces.

No solo con esas actuaciones, sino que también en escenarios empecé improvisando. Y ahí realmente no me servía la excusa de la variedad, porque se baila una canción y punto. Podía perfectamente bailar algo ya estructurado. Recuerdo una ocasión que, entre bambalinas, una bailarina con mucha más experiencia me dijo: “Has bailado improvisando, ¿verdad?” Le dije que sí y me respondió con cara de pena: “Y, ¿por qué?”

Si me acuerdo después de 20 años, es porque esas dos preguntas me calaron. No inmediatamente, pero poco a poco me hicieron bajar a la realidad. En realidad, creo que me sacudió más su cara que sus palabras.

Ahora, desde la distancia, y sabiendo lo que sé, tengo claro que no es el camino. Pero, era joven y bastante inconsciente. Me encanta cumplir años porque siento que mi mente está amueblada y que soy consciente de las cosas, cada vez más. Entiendo también que es un proceso de aprendizaje, y que lo hice lo mejor que pude, con las herramientas y conocimientos que tenía entonces.

Y ojo, que no estoy para nada en contra de la improvisación.

La improvisación es un recurso maravilloso que abre nuestra creatividad y nuestro ser al momento presente.

Así es, bailar nos entrega al presente. Y como cada momento es diferente, cada improvisación también es diferente. Improvisar es como captar lo que está pasando en ese instante de tu vida y contarlo por medio de la danza. Pura magia.

Entonces, ¿Cuándo es útil la improvisación y en qué momento utilizarla?

1 – Como entrenamiento

Cualquiera que sea tu nivel, la improvisación es perfecta para entrenar, nos sirve para practicar e integrar movimientos nuevos. Hay dos post que te gustarán si quieres profundizar en este tema: Primero, La magia del orden, donde te explico mi sistema para tener mentalmente organizados todos los pasos y así poder escoger entre todas las opciones, y, el segundo, 3 Métodos para bailar de manera más creativa y variada, que también tiene que ver con la improvisación como entrenamiento y seguro te servirá.

2 – Como método para preparar coreografías

A mí me gusta analizar bien la canción sobre la que quiero trabajar, para tener toda la información posible y así centrarme en dibujar la música. Una vez la tengo bien estudiada, pruebo pasos, es decir, divido la canción en las partes diferentes que tenga y voy improvisando varias veces sobre cada parte. Así llego a la versión que más me convence.

No todo el mundo dedica tiempo al análisis, pero sí que ir improvisando sobre la canción es un sistema de crear coreografías que utiliza la mayoría.

Simplemente pon la primera parte de la canción, levántate y baila sin pensar, sin filtrar, solo disfruta y conéctate con la canción.

3 – Como forma de encontrar tu estilo y personalidad en la danza

Improvisar es una forma muy valiosa y útil de encontrar tu personalidad y tu estilo. Esos pasos que te salen innatos, esas combinaciones y enlaces entre un paso y otro… en definitiva, todos esos detalles que son tuyos, es la parte que tienes que cultivar con el mimo que cuidarías una orquídea a punto de florecer.

Es un error tratar de bailar igual que alguien. No se puede hacer, porque esa persona tiene sus vivencias y su personalidad y tú las tuyas. No podrás bailar igual que nadie y nadie podrá jamás bailar como lo haces tú.

No desprecies tu esencia, eres valiosa y válida, así como eres. No necesitas parecerte a nadie para brillar. De hecho, solo puedes brillar cuando muestras tu esencia, si imitas se percibe algo fingido y falso.

Algo que me encanta de la danza es que, bailando, no podemos mentir. Solo podemos expresar quien realmente somos.

Bailando no podemos mentir. Solo podemos expresar quien realmente somos.

Este tema me fascina, así que en otro momento escribiré más en profundidad sobre cómo encontrar tu propio estilo.

4 – Para bailar en escenario

Sí, también es válida, pero no de la forma en que yo lo utilizaba. Te diría que improvises sobre el escenario cuando ya tengas bastante experiencia y tengas la seguridad de que puedes salir airosa del paso. No es nada fácil, hay que tener mucha agilidad física y mental para pasar de un movimiento a otro y no caer en el error de repetir constantemente. Cuanto más practiques en casa, más fácil será hacerlo delante del público.

Para este apartado sí te recomiendo que te pases por el post sobre 3 Métodos para bailar de manera más creativa y variada, que justo habla de cómo hacer estas prácticas en casa para no bailar siempre con los mismos tres pasos.

Para improvisar en escenario tenemos dos opciones:

  • Música en cd: es decir, nosotras elegimos voluntariamente que queremos improvisar. Mi recomendación es conocer la canción como la palma de tu mano, para poder seguirla bien.
  • Música en directo: aquí prepárate, o, mejor, reza, porque es una verdadera aventura… Si tienes la suerte de poder practicar con los músicos suficiente, perfecto, no hay problema. Pero, como lleguen justo para el show, y simplemente hayas elegido la canción, respira hondo, porque vas a vivir el vértigo de una caída libre sin arnés. Esta opción la recomiendo para cuando tienes bastante experiencia.

Conclusión

En conclusión, la improvisación es muy útil y te ayudará a algo fundamental en esta danza, encontrar tu propio estilo e identidad. Pero ojo con utilizarla sobre el escenario, mejor prepárate una buena coreografía para asegurarte que lo haces bien.

Además, ya tenemos el momentazo “me quedo en blanco” y entonces sí que nos toca improvisar así sobre la marcha, hasta que llega ese bendito momento en que nos reencontramos con la coreografía. ¿Te ha pasado? A mi muchas veces… cada vez menos, porque me preparo mejor, ensayo más y memorizo las secuencias con más consciencia.

Si me animo, te contaré en otro momento mis aventuras con músicos en directo.

Cuéntame en los comentarios tus experiencias con la improvisación.

Deja una respuesta