
Si necesitas una introducción, aquí puedes leer el origen de la mitología egipcia, y aquí sobre Ra, el dios del sol.
Hoy, vamos a centrarnos en uno de los dioses más venerados del panteón egipcio, Osiris.
Es el dios del inframundo, la muerte y la vida después de la muerte. También representa la fertilidad, las estaciones y el renacimiento.
Empecemos por el principio.
Resumen
La Leyenda de Osiris y Seth
Vuelvo un momento al origen de cómo se creó todo. Había una masa de agua llamada Nun, desde la que surgió una pequeña isla. El primer dios, se creó a sí mismo sobre esta porción de tierra, Ra, dios del sol. Emparejándose con su propia sombra tuvo dos hijos: Shu, dios del aire y Tefnut, diosa de la lluvia.
Shu y Tefnut tuvieron dos hijos, Geb y Nut, que eran la tierra y el cielo, y éstos a su vez tuvieron también varios hijos: Osiris, Isis, Seth y Neftis.
Osiris fue el primogénito y recibió el Valle del Nilo, mientras que Seth nació de forma violenta, desgarrando el cuerpo de su madre Nut al nacer, así que se le asignó el desierto.
Osiris se casó con su hermana Isis, de la que hablaremos en el próximo post. Según la mitología egipcia, era un dios y rey mítico en el Antiguo Egipto, muy amado por ser un soberano sabio y justo. Enseñó la agricultura a los egipcios, el orden social y el arte de la civilización. Era un símbolo de prosperidad y equilibrio.
Su hermano Seth, dios del caos y la violencia tenía envidia y decidió acabar con él.
Cuenta la leyenda, que Seth invitó a un banquete a Osiris y le tendió una trampa mortal para arrebatarle la corona de Egipto.
En el banquete había 72 invitados más, todos cómplices de Seth. Había mandado realizar un bello y lujoso ataúd, bastante grande. Anunció que al finalizar el banquete regalaría el ataúd a quien cupiera con precisión.
Ya tenía todo calculado y era de la medida exacta de Osiris, que era muy alto. Al tumbarse dentro cuando llegó su turno, se abalanzaron sobre la tapa y la cerraron. También vertieron sobre él plomo fundido para que pesara más y lo tiraron al Nilo.
El rescate de Isis
Su esposa Isis se entristeció mucho. Se decidió a buscar el cuerpo de su marido y viajó por todo Egipto sin éxito. Hasta que un día, un viento divino le informó de que había terminado en Biblos. Consiguió tener de su lado al rey de Biblos y le permitió recuperar el cuerpo y volver con él a Egipto.
Escondió el cuerpo en Buto, en el delta del Nilo, pero Seth lo descubrió en una cacería. Sabía que Isis con sus poderes mágicos podría resucitarlo, así que robó el cuerpo y lo desmembró en 14 partes que esparció por todo Egipto.
Aquí vemos la lucha entre el caos y el orden, dos fuerzas opuestas en las que creían los antiguos egipcios.
Isis y la Resurrección de Osiris
Isis, que era la diosa de la magia y la maternidad, pide ayuda a su hermana Neftis para reunir todas las partes del cuerpo de su amado con la intención de recomponerlo y resucitarlo mediante sus poderes mágicos.
Cuando consiguió reunir las 14 partes, Isis pidió ayuda a Anubis, dios de la momificación para resucitar a Osiris.

Todo parecía ir bien, pero había un problema, faltaba el pene. Había sido devorado por un pez en el río, de forma que Isis lo sustituyó por uno de barro.
En el rito de resurrección, la diosa Isis tomó forma de un milano y batió sus alas sobre el cuerpo de Osiris. La brisa provocada por sus alas reanimó a su esposo, que con el pene erecto la fecundó. (Menos mal que era de barro…) Así engendró a Horus.
Aunque Osiris no recuperó la vida en el mundo de los vivos, su resurrección en el inframundo lo convirtió en el dios de los muertos y guardián de la vida eterna.
La venganza de Horus
Horus, el dios halcón, fue criado por su madre en secreto para protegerlo de su malvado tío Seth.
Lo preparó para que un día recuperara el trono que le correspondía como hijo de Osiris.
Una vez adulto, Horus desafía a Seth para vengar a su padre y juntos protagonizan numerosas batallas. En una de las batallas Horus pierde un ojo, que más tarde se convierte en el famoso Ojo de Horus, símbolo de protección y curación.
Después de las batallas, Seth y Horus llevan su caso al tribunal de dioses, encabezado por Ra. Tras varias pruebas y argumentos, los dioses determinaron que Horus sería el heredero legítimo y así ascendió al trono de Egipto.
Osiris como Señor del Inframundo
Tras resucitar, se convierte en el rey del inframundo y asume el papel de juez supremo en el Duat, el inframundo egipcio.
Según la mitología, cuando alguien moría, su corazón se pesaba en la sala de Maat, la diosa de la verdad y la justicia. Se colocaba el corazón en un lado de la balanza y una pluma de Maat en el otro.
Si el corazón era puro, el difunto podía unirse a Osiris en el paraíso donde las almas puras podían disfrutar de la existencia eterna.
Este proceso simboliza la creencia en la justicia divina y en la importancia de vivir en armonía, solo así podrían disfrutar de la vida eterna.
Los Símbolos y Representaciones de Osiris
A Osiris se le representa como un hombre momificado, con la piel verde o negra, que son los colores asociados con la vegetación, la fertilidad y la regeneración.
Sobre la cabeza lleva una corona Atef, con una cobra delante y dos cintas colgando detrás. Porta el cayado y el mayal, emblemas de autoridad y a menudo se le representa con los brazos cruzados sosteniendo estos emblemas de poder.
Para completar la simbología real, lleva una larga barba postiza trenzada.
El culto a Osiris
El tono verde de su piel es muy significativo, representa su papel como dios de la vegetación y renovación. Está asociado con el ciclo agrícola, y creían que su muerte y resurrección influían la fertilidad de la tierra.
Así, se le atribuía el ciclo anual de las inundaciones del Nilo, que aportaban fertilidad y buenas cosechas a Egipto.
El culto a Osiris fue uno de los más extendidos; las fiestas en su honor, conocidas como “Osiris Mysteries” se celebraban anualmente. Recreaban su muerte, la búsqueda de su esposa Isis y su resurrección. Estas ceremonias eran fundamentales en la religión egipcia y Osiris simbolizaba para ellos la esperanza y la vida en el más allá.
Con Osiris también empezó el rito de momificación, tal como Isis hizo con su cuerpo para preservarlo. Esta era la manera de asegurar al difunto la vida en el más allá.
Con la momificación y los ritos funerarios, los antiguos egipcios simulaban el viaje de Osiris hacia la vida eterna.