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Patricia Beltrán

Profesora de danza

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Diferencias entre aprender, entender y comprender

El tema de este post es muy interesante, vamos a hablar de las diferencias entre aprender, entender y comprender.

Vas a poder aplicarlo a la danza y a todos los aspectos de tu vida. Te dará una gran ventaja.

Vamos a empezar por la escalera.

La escalera

Podemos ver las etapas del aprendizaje como una escalera. (Aprendizaje sería todo el proceso completo, aunque también en el escalón 2 vamos a tener la palabra aprender, que en ese caso me refiero a memorizar.)

Lo primero a tener en cuenta es que son capas cada vez más profundas y que es necesario pasar por cada escalón para acceder al siguiente.

El esquema de las etapas es así:

  • Escalón 1: Atender. Escuchar y prestar atención con interés a la información.
  • Escalón 2: Aprender. Memorizar, agarrar o sostener un concepto. Sería el qué.
  • Escalón 3: Entender. Interpretar la información, darle un sentido. Sería el cómo.
  • Escalón 4: Comprender. Hacer una síntesis con un punto de vista más genérico, con una perspectiva más amplia. Sería el por qué.

Lo más interesante es llegar a comprender las cosas, pero, ¿cómo subimos cada escalón?

Siendo más conscientes. El grado de consciencia es lo que nos hace subir cada vez más. Conforme avanzamos escalera arriba, tenemos una visión más global, más genérica y más profunda del tema que sea.

Vamos a ver en detalle cada escalón.

1. Atender

Lo primero es la disposición. Es decir, prestar atención, estar atenta cuando me dan la información.

Este interés es necesario, y, si no hay atención, no subimos al escalón 1 y, por supuesto, a ninguno más.

Tu profesora de danza puede estar dando la explicación más interesante y útil del mundo, pero si estás pensando en lo que vas a hacer para cenar, sus palabras quedan en el aire y es como si no hubieras estado.

2. Aprender

Aquí te hablo de aprender como sinónimo de memorizar.

Es agarrar o sostener un concepto. ¿Cómo memorizamos? Por medio de la repetición. Así de sencillo.

En esta fase no cuestionamos nada, solo repetimos y repetimos hasta memorizarlo y ser capaces de reproducirlo.

En clase de danza, aprendes así las coreografías. Se va repitiendo cada parte, y luego la canción completa hasta que memorizas el orden de todos los pasos de principio a final.

En este escalón se queda, por ejemplo, un loro. Que es capaz de memorizar y repetir frases, canciones y sonidos. El loro no tiene capacidad de subir más escalones, no puede darle un sentido a lo que repite. Simplemente reproduce algo que ha grabado.

3. Entender

Con más consciencia somos capaces de llegar un escalón más arriba. Así, llegamos a entender.

En la fase de entender ya no interviene nadie más que una misma. Es un proceso que hacemos de analizar e interpretar lo que hemos memorizado.

Es profundizar en lo aprendido y darle un sentido. Descubrimos los hilos que unen a los conceptos o que los separan.

Para que captes la idea: yo, como profesora, puedo garantizar que aprendas, si tú prestas atención. Pero no puedo garantizar que entiendas porque no estoy en tu cerebro.

Esta parte de entender, y también la siguiente, comprender, corresponden al alumno. Te toca digerir la información.

Ejemplo para ver la diferencia entre aprender y entender

En una clase de historia puedes memorizar (aprender) y aprobar el examen. Pero en clase de matemáticas, cuando hay que resolver problemas, hace falta haber aprendido y además haber entendido para poder plantear los datos numéricos y llegar a la solución.

Si no has hecho tu parte de encontrarle el sentido, solo saber repetir las fórmulas no va a servir de nada en un examen.

4. Comprender

Última parada, cuarto escalón. Para llegar aquí hay que haber tomado mucha consciencia del tema que sea.

Hemos memorizado y entendido, y, siendo muy conscientes cuando estudiamos sobre el tema, llegamos a tener un punto de vista más genérico, tenemos una perspectiva más amplia. Ya no estamos mirando el tronco del árbol, sino que nos elevamos y podemos observar el bosque completo.

En el caso de la danza, es una síntesis que hacemos tras practicar y estudiar repetidas veces de forma consciente, estando muy presentes en cada práctica y prestando atención a todos los detalles. Esta es la clave.

En esta parte hacemos una metabolización de la información. Ya está integrada en nuestro ser.

Una vez hemos llegado a comprender algo, somos capaces de intercambiar, arreglar y modificar partes de la información. También podemos repetirlo desde el principio, mejorarlo o hacer variaciones.

Es como cuando comemos: aprender o memorizar sería llevarnos los alimentos a la boca y tragarlos. Entender sería el proceso de digestión que se hace en el estómago. Y comprender sería la parte de metabolización y absorción que se hace en el intestino.

En el colegio y la universidad aprendemos, pero es en las situaciones de la vida, que vamos entendiendo y, a veces, comprendiendo.

Ejemplo para ver diferencia entre entender y comprender

Mucha gente entiende que fumar es malo, pero si lo sigue haciendo, es porque no lo ha comprendido. Si en algún momento tiene un cáncer pulmonar, probablemente entonces lo comprenda. Aunque puede que, aun así, no llegue a comprenderlo.

Aprendemos con dolor

Y es que los humanos somos así, casi siempre necesitamos una situación dura para comprender algo.

Yo trato de estar bien consciente de todo para comprender las cosas por mí misma y no meterme en líos. Quiero ser yo la que aprenda voluntariamente y que no sea la vida la que me tiene que poner ante una situación dolorosa para hacerme comprender.

También podemos aprender de las situaciones de otras personas, Así, si tomamos la lección también para nosotras, no tendremos necesidad de pasar penurias para crecer.

Aprender tiene contrario, comprender no

El contrario de aprender es desaprender, es decir, borras de tu memoria la información. Pero comprender no tiene contrario. No tiene vuelta atrás.


Una vez has llegado a la comprensión de algo, esa información se queda contigo para siempre.

Ya la has memorizado, entendido, analizado, digerido y metabolizado. Lo comprendes perfectamente y se queda contigo. Maravilloso.

Enseñamos aquello que queremos aprender

Esta frase la conozco hace muchos años, pero le encontré sentido (la comprendí) más tarde.

El psiquiatra William Glasser estableció una pirámide en la que se cuantifica de qué manera aprendemos las cosas. Fíjate qué curioso es y cómo están involucrados los sentidos. Aprendemos:

  • Un 10% con aquello que leemos.
  • El 20% de lo que oímos.
  • Un 30% de lo que vemos.
  • El 50% de lo que vemos y oímos conjuntamente.
  • El 70% de aquello que discutimos con otros.
  • El 80% de lo que hacemos.
  • Y el 95% con lo que enseñamos a otros.

La última es la clave. Lo que somos capaces de explicarle a otra persona lo grabamos y comprendemos en un 95%. Y es que para transmitir algo a alguien, debes haberlo comprendido muy bien.

Hay una frase que dice: “Si no lo sabes explicar de forma clara y sencilla, es que no lo has comprendido muy bien”.

Yo pensaba que comprendía la danza oriental hasta que me coloqué en lugar de maestra y tenía que responder dudas.

No hay mayor pánico que a que te pregunten algo que no sepas responder.

Yo siempre digo que, he integrado y comprendido mucho más como maestra que como alumna. Y aquí está la razón.

Cuando explicaba el camello lo mejor que podía y alguna decía el temido: “no lo entiendo”. Entonces, no hay más remedio que exprimirse el cerebro en segundos tratando de buscar otra explicación distinta para el mismo movimiento.

Y eso es comprender, hacer esa síntesis profunda tú contigo misma. Una reflexión muy consciente.

Lo que yo hacía era, hacer el camello de forma muy lenta y siendo consciente de cada músculo, hueso, posición, colocación del peso, etc. para tratar de buscar explicaciones distintas al mismo paso.

Esto es comprensión. Ser maestra ayuda mucho porque no te queda más remedio que observar cada paso con mucha atención, pero puedes hacerlo también sin la presión de 20 alumnas esperando una explicación sencilla.

Aunque dar clase no es la solución definitiva. Las hay que no dan explicaciones y pretenden que las alumnas aprendan por medio de la imitación.

Mi reflexión

El nivel de consciencia va muy ligado a la evolución. Hace varios cientos de años se veía como correcto presenciar la quema de brujas o ver decapitar a alguien en la plaza del pueblo, incluso ir a ver cómo los leones devoraban personas.

Ahora, el nivel de evolución es mayor y somos más conscientes de que esto es dantesco y no soportaríamos ver con nuestros ojos ninguna de estas atrocidades. La humanidad está despertando cada vez más.

Ojalá pronto comprendamos el daño que estamos haciendo al Planeta Tierra, al reino vegetal y al reino animal. Con algo más de consciencia en la humanidad, desaparecerán, confío, las torturas y asesinatos de toros, por ejemplo. Rezo por ello.

Te animo a darle más vatios a tu nivel de consciencia. A todos los niveles. Trata de ser más consciente de todo en tu vida, cuestiónate todo, analiza las situaciones y tus reacciones.

Intenta estar más despierta, más atenta, más alerta, porque así, cada vez estarás más viva, y tendrás una bombilla de consciencia mucho más potente, que iluminará todo a tu alrededor. Con más luz, verás más y también iluminarás a quienes tengas cerca.

Este es un trabajo profundo y constante que nos corresponde a cada una y que nadie nos explica. Y creo que debería ser una asignatura obligatoria desde primaria, porque es esencial para nuestras vidas y para nuestro desarrollo como humanidad.

Conforme avanzamos en nuestro desarrollo, parece que todo cambia a nuestro alrededor. Pero somos nosotras que hemos cambiado. Por ejemplo, un libro que leíste hace años, si lo lees hoy, vas a llegar a una capa mucho más profunda. Vas a entender y comprender conceptos que en su día no llegaste a captar. Hoy estás más despierta y eres capaz de absorber mucha más información que hace años en la primera lectura.

Anthony de Mello dice: “Nada ha cambiado excepto yo. Por eso, todo ha cambiado.”

Conclusión

Por todo esto, mi frase es “Aprende el qué, el cómo y el por qué, de cada tema de la danza oriental”.

El qué es aprender, el cómo es entender y el por qué es comprender.

Y es que mi misión es darte todos estos datos y ponértelo fácil para que llegues hasta el último escalón, al de la comprensión.

Y, ¿sabes dónde puedes comprender y tener esa vista panorámica tan deseada de la danza oriental? Dentro del Laboratorio coreográfico. Es un curso teórico – práctico donde profundizamos en la música árabe y todas sus partes para crear coreografías que encajen con la música como un guante. Consciencia de la música, consciencia de nuestro cuerpo y consciencia del resultado.

Una última recomendación. Ponte la alarma en un par de meses y vuelve a leer este artículo. Verás cómo captas mucho mejor la información y llegas a profundizar más.

¿Te ha servido este post, bailarina? ¿Has tomado nota para ponerlo en práctica?

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