Trucos para mejorar tu coordinación y disociación

En el artículo anterior, La importancia de la neuroplasticidad en la danza oriental, te hablé de la plasticidad del cerebro.

Hace años se pensaba que no tenía opción de ser modificado, pero ahora ya sabemos que es un órgano vivo, cambiante y que la estructura del cerebro mismo puede cambiar como resultado de la experiencia y la actividad mental.

Neuroplasticidad

La neuroplasticidad es la capacidad de las neuronas para formar nuevas conexiones en respuesta a experiencias de aprendizaje.

El sociólogo Paul Dennison estudió a pacientes con problemas de aprendizaje, comprensión y concentración, y descubrió que haciendo unos sencillos ejercicios –sobre todo con las manos-  se lograba comunicar las neuronas de la persona.

Dichos ejercicios están enfocados en unir el hemisferio cerebral izquierdo con el derecho para tener mayor nivel de concentración, creatividad, mejorar las habilidades motrices y propiciar el aprendizaje.

Esta gimnasia para el cerebro es utilizada también como una herramienta útil para solucionar problemas de lectura, escritura, dislexia o hiperactividad.

Paul es una autoridad en este campo y consiguió grandes descubrimientos del desarrollo cognitivo, de la visión y su relación con el movimiento consciente de todo el cuerpo, implicados en el aprendizaje.

A donde quiero llegar es a que la danza oriental, con sus complejos movimientos es un ejercicio magnífico para trabajar la neuroplasticidad.

Paul Dennison ideó una serie de ejercicios magníficos, pero no hace falta profundizar mucho más para darnos cuenta que hacer un desplazamiento lateral combinando tercer y cuarto ocho mientras hacemos brazos de serpiente, es ir un paso más allá.

Tocar un instrumento y cualquier tipo de baile coordinado son magníficos para tener nuestro cerebro bien ágil y nuestros dos hemisferios trabajando conjuntamente, y el tipo de danza que requiere mayor coordinación y disociación, probablemente sea la danza oriental.

Trabajar la coordinación y la disociación en la danza oriental, además de ser muy beneficioso para nuestro cerebro, hará que nuestra técnica se vea cada vez más limpia y depurada. Y eso es algo que siempre queremos seguir mejorando.

Coordinación

Los ejercicios de coordinación estimulan la capacidad de acoplamiento, es decir, hacen posible que mientras bailamos nuestro cuerpo actúe de manera conjunta.

La coordinación sucede cuando usas dos o más partes del cuerpo para hacer un movimiento.

Es decir, hacer varios movimientos a la vez con distintas partes del cuerpo. Bailando tenemos siempre varias capas: los pies, la cadera y los brazos, por ejemplo.

Para tener una buena coordinación hace falta una comunicación adecuada entre el cerebro y el resto de las extremidades. ¿Te das cuenta lo importante que es entrenar también el cerebro para que podamos bailar mejor? Por eso he empezado hablándote de la neuroplasticidad.

Ejercicios para mejorar tu coordinación

Hay muchos niveles y dificultades para trabajar la coordinación en la danza oriental. Voy a darte ideas de cómo trabajar esta habilidad:

• Con la cadera hacemos drops con patada de forma constante y añadimos, por ejemplo, brazos de serpiente. La idea es que los brazos cambien de velocidad. Podemos hacer 3 velocidades, que cada cambio de brazos sea en 8 tiempos, luego en 4 y luego en 2. Así la cadera mantiene velocidad y con los brazos la cambiamos.
• Nos desplazamos hacia delante con golpes laterales de cadera y con el torso subimos al hacer el golpe con la derecha y bajamos al hacer el golpe con la izquierda. Y claro, luego al revés.

Hay muchos ejercicios de este tipo que he ido trabajando todos estos años y que son los que enseño a mis bailarinas de la compañía para que se entrenen. Si quieres tenerlos todos para coordinar tu cuerpo como una experta, abajo te cuento cómo.

La clave de estos ejercicios es que haya una capa que se mantiene, en los dos ejemplos de arriba, es la cadera, que es constante y no cambia. Lo que tenemos que conseguir es dejar esa parte en piloto automático para así centrarnos en la que sí va cambiando.

Digamos que al cerebro le cuesta mucho trabajo concentrarse en dos partes del cuerpo a la vez, así que una la tenemos que dejar constante para pensar en la otra.

Disociación

La disociación es la habilidad para realizar movimientos independientes con diferentes partes del cuerpo, nos aporta un mejor dominio y control cuerpo-mente. Está muy relacionada con la coordinación, como puedes ver.

En el caso concreto de la danza oriental lo que buscamos es mover una parte del cuerpo y que el resto esté inmóvil.

Para aislar el movimiento es necesario entrenar mucho para que el resto del cuerpo no haga movimientos involuntarios que ensucien tus pasos.

Hace falta conciencia corporal y trabajar de forma muy consciente para mover solo la cadera y que el torso esté quieto, por ejemplo.

Es necesario que ejercites tu flexibilidad del tronco para que puedas disociar cada vez mejor. Algunos estiramientos que ayudan mucho son:

• Desplazamiento lateral de cadera.
• Desplazamiento lateral de torso.
• Estirar un brazo hacia el techo para estirar en vertical tu torso.
• Estirar brazo al techo y doblar la misma rodilla para bajar esa cadera.
• Ochos verticales sin usar talones.

Trucos para mejorar tu disociación

En este apartado voy a contarte varias cosas que hago o imagino para conseguir aislar mejor los movimientos.

• El amortiguador. Para hacer drops o cualquier movimiento unilateral, la clave es doblar un poquito la rodilla de la pierna de apoyo. Lo que conseguimos así es amortiguar, que podamos hacer un gran movimiento de cadera sin que el torso se mueva. Prueba a hacerlo con la pierna de apoyo estirada del todo y verás cómo rebotan hasta las pestañas.

• Dedo corazón. Otro truco que me sirve para dejar el torso inmóvil es centrarme en el dedo corazón. La idea es dejar fijas las costillas, los brazos y las manos, pero no podemos conseguirlo si los dedos se quedan relajados. Si piensas en sujetar con cierta tensión el dedo corazón, la mano, el brazo y el torso se sujetan más fácilmente.

• El pasillo. Este tiene la misma finalidad que el anterior, pero lo hago de forma distinta. Sirve por ejemplo si quieres hacer camellos en el sitio orientados a cada lado. Al pisar con el derecho el camello debe orientarse a la derecha y lo mismo al otro lado, pero la clave del movimiento es que el torso, hombros y brazos se queden rectos hacia adelante. Para estos casos, me imagino que estoy en un pasillo que tiene una barandilla a cada lado. Si extiendo los brazos en su posición básica, junto puedo apoyar mis dedos en las barandillas, y así consigo que la parte superior del cuerpo se mantenga hacia adelante mientras mis pies o cadera se orientan a los lados.

• Estar muy consciente. La clave sobre todo es estar muy consciente de que nuestra finalidad es aislar cada movimiento y trabajar este aspecto de forma específica. Me gusta crear secuencias de pasos en las que me centro en mover solo una parte y que el resto del cuerpo esté muy quieto. Hacer ejercicios con espejo te ayudará a comprobar si disocias bien.

Por último, en esta sección de trucos y consejos, tengo que hablarte de las manos. Mi opinión es que las manos deben estar quietas mientras bailamos y solo moverlas cuando queremos que sean protagonistas. Me refiero a ir bailando y haciendo círculos con las manos constantemente.

A mí me distrae enormemente y me pone nerviosa. No me deja ver lo que hace la bailarina y termino por quitar el vídeo enseguida, es algo que me parece que ensucia muchísimo. Sé que hay maestras que lo enseñan así, pero no entiendo la razón.

No creo que haya que rellenar tanto nuestras coreografías, para empezar. Si eres de las que lo hacen, pregúntate por qué. Quizá te parezca que no es suficiente lo que estás haciendo. En ese caso, mejora tu técnica y revisa tu coreografía para completarla. Sobre todo, añade movimientos y transiciones creativas de brazos.

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