Es movimiento más sensual, el padre de todas las ondulaciones, una preciosidad, pero…
Yo lo odié durante bastantes meses. Fue cuando empezaba a bailar. No había forma de que me saliera, y por eso lo odiaba. Cuando la profesora decía que íbamos a hacer camellos, me daban ganas de irme a mi casa de la frustración que sentía.
Lo conocí en mi primera clase, veía como mi profesora caminaba tan elegante y sensual por la sala haciendo camellos y me maravilló. Nos explicó varios movimientos, me acuerdo con bastante nitidez de aquella primera clase. Primero los golpes de cadera, luego los ochos y después los camellos.
Yo salí en una nube, enamorada de todo lo que acababa de ver, de lo bien que sentaba a mi cuerpo y a mi alma la danza oriental y su música. Y, además, decidida. Me bastaron los primeros minutos de clase para sentir con mucha claridad que eso era lo que yo quería. Tomé durante muchos años todas las clases que tenía a mi alcance y no saciaba nunca mi sed. No era amor a primera vista, era amor profundo y verdadero, para siempre.
Ya te he contado alguna vez que yo tenía cierta facilidad para esta danza, casi cualquier movimiento me salía rápidamente, menos el camello. Veía a muchas de mis compañeras que podían hacerlo sin problemas y yo ahí, paralizada, haciendo un dromedario para disimular. Ahora me río, pero llegué a pensar que nunca me saldría.
Y, ¿sabes cuál era mi problema? Que no sabía exactamente qué era un camello. Lo veía precioso en mi profesora y compañeras, pero no sabía cómo se hacía, dónde empezaba ni dónde terminaba. Me parecía un movimiento imposible de descifrar. ¿Te ha pasado con algún paso?
Esto pasó hace muchos años, no había apenas información sobre esta danza y aprendíamos por imitación casi todo. Hay cosas que nuestro cerebro entiende cómo se hacen con solo verlas, y otras que no hay forma por mucho que miremos. ¿Te imaginas aprender el tres cuartos con verticales abajo con solo verlo? Es imposible.
Yo tengo la mente un poco cuadriculada, y necesito primero comprender para poder hacer. Y es lo que me faltaba para poder pasar de dromedario cojo a camello elegante y sensual.
Es probable que te pase lo mismo que me pasó a mí, si estás empezando a bailar, o, si ya das clase, que necesites una forma clara de explicarlo para que las alumnas lo entiendan. Así que te voy a contar exactamente en qué consiste el camello y cómo lo trabajo yo en mis clases de iniciación.
Explicación en dos fases
A mí me gusta explicarlo en dos días diferentes. Hace años, daba la explicación completa el primer día. Pero hay gente que solo de escuchar tanta instrucción técnica se hacía idea mentalmente de que es muy complicado y no conseguían hacerlo. Entendían la explicación, pero no les salía.
Así que probé otro plan. Esa explicación la dejo para el segundo día, y el primero lo intento de otra forma. Les digo que voy a enseñar un movimiento llamado camello, que lo miren y que lo intenten imitar. Pongo una música suave con ritmo chiftetelli y les pido que se imaginen en el desierto. Hacemos un círculo y yo me quedo en medio para que puedan verme desde todas las posiciones. Vamos andando suavemente haciendo los camellos y lo cierto es que, a la mitad de las alumnas, más o menos, les sale así de fácil. (No como a mi)
A las que no les sale, les digo que no se preocupen, que lo dejen reposar y que la siguiente clase explicaré con todo detalle el paso. Y así es como consigo que en dos clases casi todas las alumnas hagan el camello.
Y ahora, voy a contarte la explicación con todos los detalles para que, si te pasa como a mí, puedas comprenderlo bien.
Cómo hacer el camello
Lo primero es entender qué dibujo tratamos de hacer con la cadera, sin tener claro en la mente el dibujo, nos quedaremos en dromedario. No te preocupes si te pierdes con tanta explicación, porque abajo te he preparado como siempre un vídeo en el que lo podrás ver todo.
El camello es un movimiento circular, visto de perfil y la dirección del círculo es abajo, delante, arriba y atrás.
Vamos a hacer la versión de camellos más sencilla, que es caminando de frente, y hacemos un camello por cada pasito que damos. Una vez está esto claro, empiezo por los pies. Si no los colocamos bien, no vamos a poder hacerlo.
Los pies
Los pies tienen que ir pisando normal, quiero decir, que primero apoyamos el talón, igual que cuando andamos por la calle. Nada de caminar tipo gatito con los deditos primero. Así no podemos apoyar el peso en el pie que pisa. De hecho, el camello invertido, que es un camello en sentido contrario, sí se hace pisando primero con los deditos.
La cadera
Aquí es donde está el asunto, pero con la manera de pisar correcta, recuerda que es muy importante. La cadera va jugando con 4 puntos: cadera encajada, un poco desencajada, peso delante y peso atrás. Pero como es complicado dominar esos conceptos en las primeras clases a mí me gusta dar una explicación más sencilla.
Así que les doy la explicación desde el ombligo. No significa que sea un movimiento de cintura ni muscular, pero sí que siento que ayuda mucho a mover la cadera en la dirección correcta.
Les pido que imaginen a dónde mira el ombligo en cada posición. Voy a dividir en 4 los puntos del círculo que es el camello y te cuento qué hacemos en cada uno:
1. Abajo
Damos el primer pasito, por ejemplo, con el pie izquierdo, y apoyamos el pie completo en el suelo. La primera posición para el círculo es que la cadera tiene que pasar de neutra a un pelín (poco) desencajada. El ombligo mira al suelo, así se coloca bien la cadera.
2. Delante
Ahora es momento de llevar la cadera hacia delante, colocando el peso del cuerpo en el pie que ha pisado, el izquierdo. Aquí, el ombligo mira adelante y tenemos la cadera proyectada un poco hacia delante.
3. Arriba
Esta es la parte más complicada. Hay que encajar la cadera o hacer que el ombligo mire al techo y lo hacemos mientras el otro pie está en el aire de camino a dar el siguiente paso. Parece que estorba, pero en realidad, ayuda. El pie va hacia delante y encajamos la cadera.
4. Delante
Casi cuando el pie derecho está en el suelo, relajamos la cadera, dejándola neutra. Aquí el ombligo vuelve a mirar hacia delante, a la posición de partida y el peso queda en el pie que ahora está atrás.
En resumen, podemos explicarlo desde las posiciones de cadera: encajada, un poco desencajada y neutra con peso delante o con peso atrás. Y podemos explicarlo desde la orientación que le damos al ombligo.
Hay que tener cuidado para no desencajar mucho la cadera. Si notas que después de practicar se te cargan las lumbares, probablemente sea por esto. Trata de darle más forma a la parte de delante encajando mucho la cadera y poca forma al inicio que es donde podemos pasarnos.
Y ahora, te lo voy a enseñar en este vídeo que te he preparado, que seguro te resultará más fácil viéndolo:
Hay más tipos de camellos, los dejo para otro post.
¿Te ha servido? Y a ti, ¿qué pasos se te hacen imposibles de realizar?