Este es un tema fundamental si quieres dar clases o si estás empezando. Incluso, aunque lleves muchos años de profesora, puede que te guste conocer mi sistema.
El cómo dirigir las clases es algo bastante personal, pero después de más de 20 años de experiencia como maestra, voy a contarte mis conclusiones y lo que mejor me funciona.
Lo primero que te recomiendo es:
Conviértete en “tu profesora ideal”
Seguro que has tomado cientos o miles de clases en tu vida. Hay profesores que te habrán marcado para bien o para mal. Sirven todos. Los del colegio, instituto, carrera, clases particulares y todas las actividades extraescolares.
Haz una valoración de qué cosas te han gustado y cuáles no. Decide que es lo importante para ti como alumna y conviértete en “tu profesora ideal” con todo lo que te encanta.
A mí, por ejemplo, me encantan las explicaciones claras, las clases creativas y sorprendentes, las canciones bonitas, las coreografías bien trabajadas y que me enseñen más allá de la danza. También me gustan las profesoras amables a las que puedes preguntar sin miedo cualquier cosa y las que saben corregir sin hacer que te sientas mal.
Esto último me parece fundamental. Un gran consejo que te doy es:
“Como maestra, corrige en privado y elogia en público.”
Patricia Beltrán
Es muy incómodo que te hagan correcciones un poco faltonas delante del resto de alumnas. Puede que mejores ese aspecto, pero la mala sensación no te la va a quitar nadie y la recordarás siempre.
Hay una frase de Mary Kay que me gusta tener presente. Ella dice: “Trata a cualquier persona como si llevara colgando un cartel que dice hazme sentir importante”. Me parece fabulosa la frase.
Si eres capaz de hacer sentir importante a cada una de tus alumnas, tendrás mucho ganado. No olvides nunca el trato humano, por favor.
Valora un poco tu experiencia como alumna y escribe todas las cualidades que quieres tener como profesora para hacerlo lo mejor posible.
En líneas generales, que podría ser algo así:
- Intentar no ser demasiado estricta y dura, pero tampoco maleable.
- Hacer las correcciones con tacto
- Tener presentes las condiciones individuales de cada alumna
- No olvidar nunca un buen calentamiento y estirar antes de terminar
- Haz las clases variadas y dinámicas: combina técnica, coreografías, folclores, elementos, ejercicios de expresividad, etc…
- Comunícate con las alumnas: explícales tu calendario del curso y coméntalo con ellas, pregúntales también qué quieren
- Deja espacio para las dudas y dales confianza para que pregunten cualquier cosa
- Ve cambiando la música que utilizas normalmente
Enseñando se aprende, así que irás viendo qué cambios hacer para mantenerte en tu mejor versión.
Estructura de la clase
Ahora, entramos ya de lleno en la clase. Yo utilizo una estructura fija de 3 partes: calentamiento, la clase en sí y el estiramiento final. Digo fija porque preparar el cuerpo y estirar al final son imprescindibles. Voy a contarte más sobre cada parte.
1. Calentamiento
Jamás te lo saltes. Son muchas las razones por las que es importante empezar con el calentamiento, pero para mí las más importantes son las siguientes:
- Preparar la mente: llegamos corriendo del trabajo a clase y hace falta parar, respirar, centrarnos y concentrarnos.
- Entrar en el cuerpo: solemos estar fuera del cuerpo, más bien en la mente, en lo que tenemos que hacer o en lo que nos preocupa. Bailar es una meditación en movimiento maravillosa para volver al cuerpo. Unas respiraciones profundas y conscientes hacen que poco a poco habitemos nuestro templo.
- Preparar el cuerpo para actividad física más intensa: que el corazón y los músculos se activen para poder bailar.
- Prevenir lesiones
Este tema es muy importante, si quieres profundizar más, te dejo enlazados dos artículos más del blog donde hablo sobre el calentamiento:
2. La clase
Aquí entramos ya de lleno en la clase y se puede hacer de muchas maneras. Lo ideal es ir cambiando para que sea divertido para ti y para las alumnas.
Vamos a ver qué cosas podemos hacer:
- Técnica: explicar algún paso nuevo o repasar para limpiar. Da primero la explicación de la forma más clara posible y después pon música para probarlo. Tan importante es saber hacer el paso como saber encajarlo con la música.
- Coreografía: ve con partes pequeñas, muestra cómo es cada sección, repítela varias veces y alterna con y sin música. Cuando trabajes sin música cuenta tú para guiarles. Sí, es imprescindible que sepas contar la música y que sepas en qué número va exacto cada paso.
- Secuencias: es otra forma más dinámica de trabajar la técnica. Se trata de formar frases con varios pasos, tipo coreografía, pero sin seguir una canción en concreto. Simplemente cuenta frases de 8 tiempos y forma la combinación. Después, con cualquier canción que sea constante y con ritmo de 4 tiempos podrás bailarla. Prueba con canciones más lentas y más rápidas para darle distintos aires a la misma secuencia. Aquí te recomiendo que las hagas siempre para los dos lados, empezando con los dos pies. Así añades un trabajo de gimnasia cerebral maravilloso.
- Diagonales: cuando sientas que está la clase un poco aburrida, este recurso mueve mucho la energía. Puedes hacer alguna secuencia sencilla o simplemente utilizar un desplazamiento o paso desplazado para ir bailando mientras se cruza la sala en diagonal. Haz una fila en la que van bailando con el paso de una en una hasta el otro extremo.
- Teoría: también hace falta. Puede ser explicar un ritmo, escucharlo, cantarlo y después caminar siguiéndolo. Puede ser contar los detalles sobre el marco sociocultural del folclore saidi si vas a enseñarles a bailarlo.
- Un giro sorprendente: si, por ejemplo, estás casi a final de curso, y llevas varios meses preparando la coreografía, un soplo de aire fresco viene genial. Puedes repasar un poco la coreo, y después dedicar la clase a bailar folclore nubio, a explicar cómo se baila un taksim de nay o crear una combinación para ritmo samai.
- Ponles a trabajar: si tienen ya al menos nivel intermedio, puedes ponerles a crear un trozo de coreografía. Puede ser de forma individual o en grupos. Dales unos 30 segundos de una canción y que vayan dándole forma con pasos y secuencias. Después, pueden bailarlo al resto de la clase para ver cómo con la misma canción se pueden crear coreografías muy distintas.
Lo ideal es hacer al principio la parte más técnica o más complicada que tengas preparada, porque tras el calentamiento están muy concentradas. Y recuerda alternar ejercicios en el sitio con desplazamientos para que sea dinámico y entretenido.
Deja espacio en tu programación para imprevistos y ve adecuándote a cómo estén las alumnas en ese momento y a lo que necesiten.
3. Estiramientos
Para terminar, dedica siempre al menos 3-4 minutos para estirar la espalda y recoger de nuevo toda la energía que se ha movido en la clase. Si puedes un poco más, mejor. Yo suelo hacer varios ejercicios diferentes:
- Estirar lumbares de cuclillas
Separamos un poco los pies y nos agachamos manteniendo los pies apoyados en el suelo. Si se te levantan los talones, prueba a separar un poco más los pies. Separamos bien las rodillas y con los codos, desde dentro, empujamos a las rodillas hacia fuera. Juntamos las palmas de las manos delante y estiramos la espalda.
- Estirar columna completa
En la misma posición, juntamos los pies y apoyamos las manos en el suelo, ahora sí se levantan los talones. Estiramos bien la columna completa, tratando de dejar espacio entre cada vértebra. Metemos la cabeza para estirar bien las cervicales.
- Recoger la energía
De la posición anterior apoyamos las rodillas y nos sentamos sobre los talones. Separamos un poco las piernas y bajamos el torso al suelo. El vientre lo dejamos entre las dos piernas, estiramos bien la espalda, estiramos los brazos y apoyamos la frente en el suelo.
- Colgar
Para terminar, apoyamos los pies en el suelo, levantamos la cadera y dejamos la cabeza colgar abajo. Lo ideal es tener las piernas estiradas, si no tienes suficiente flexibilidad puedes doblar una un poco y luego la otra, para estirar cada vez una sola pierna. Una vez estés colgando relaja bien la cabeza abajo y haz pequeños rebotes tocando el suelo o acercando las manos al suelo. Y de aquí un pequeño balanceo a los lados, como si quisiéramos tocar la cara externa de un tobillo y luego del otro.
Espero que estas bases te sirvan si estás empezando en esta aventura de ser maestra. Y si ya das clases cuéntame, ¿qué estructura sigues?
Fabuloso, me ha encantado, gracias por los consejos
Qué bien, me alegro que te haya servido. Gracias a ti por leerme.