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Patricia Beltrán

Profesora de danza

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Cómo crear coreografías que encajen con la música como un guante

Este es un tema que me apasiona y sobre el que me he especializado mucho.

Hay que pasar por el aro. Tanto si quieres ser profesora como bailarina, te va a tocar crear coreografías, por eso es tan importante.

Y sí, se puede hacer una coreo rápida y salir del paso. Pero, ¿estás dibujando la música? ¿los pasos están bien elegidos para cada parte de la canción? ¿Lo que el público escucha y ve es coherente?

Te animo a que te unas al Reto gratuito – Crea tu primera coreografía. Es un curso online gratis en el que vas a ver todo este proceso de coreografiar en primera fila. Además, vas a crear tu primera coreografía que encaje con la música como un guante en una semana, aunque sea la primera que haces.

Empecemos por el principio

La definición de coreografía debería ser algo parecido a: “conjunto de movimientos y pasos que hace una bailarina para dibujar la música”.  Algo así como tridimensionar el sonido, hacer visible a los ojos la información que llega al oído. Que el espectador al verte sienta que estás bailando esa canción que has elegido, que sea coherente lo que llega al oído y a la vista.

No me gusta cuando veo un vídeo de una bailarina en una actuación y por una lado veo sus movimientos y por otro la canción, y me pregunto, ¿Está realmente bailando ésta canción, o era otra y el editor la cambió al montar el vídeo?  Normalmente bailaba la canción… o bailaba mientras sonaba la canción.

Esta es la regla de oro: Tenemos que bailar la canción. Creo que parte del error viene de querer mostrar determinado tipo de movimientos, combinaciones y pasos que quedan bien, sin pensar en cómo encajarán con la música. Y también de querer hacer el proceso lo más rápido posible.

Voy a enseñarte, a grandes rasgos, mi Método de 6 pasos para crear coreografías que encajen con la música como un guante.

1. Elegir la canción

Como la tendrás que escuchar muchas veces, asegúrate de que realmente te enamora y te toca el alma, te pone los pelos de punta y te mueres de ganas de bailarla. De lo contrario te aburrirá antes de que la hayas estrenado.

También está bien pensar para qué la quieres y dónde la bailarás, para así elegir el estilo más adecuado.

2. Familiarizarte, imaginar y visualizar

¿Ya tienes la canción? Entonces es momento de dedicar un par de días al menos a simplemente escucharla todo lo que puedas, cierra los ojos e intenta imaginar y visualizar diferentes ideas, sin juzgar y sin filtro. A veces de ideas locas salen ideas creativas.  

Yo utilizo este proceso de escuchar e imaginar durante al menos una semana, me sirve además de prueba, si no es la canción adecuada o si me va a cansar, en esta fase lo sé y pruebo con otra.

Para mi es más útil escucharla sobretodo cuando estoy en la cama, que ya no me distrae ninguna otra cosa y así le presto toda mi atención. Otra cosa que creo te puede ayudar mucho es escucharla con auriculares, créeme que se oyen muchos más detalles de la canción que sino pasarían desapercibidos.

Como nuestra labor es dibujar la música, cuantos más detalles tengamos de la canción, mejor lo haremos.  En este paso simplemente escucha lo que la canción pide que hagas.

Recuerda que nosotras tratamos de bailar la canción, no es la música la que tiene que amoldarse a los pasos que nos gustan o salen bien.

3. Esquema

Ahora que ya tienes claro que es la canción que quieres y te la sabes de memoria, vamos a trabajar sobre papel para ir dibujando la canción poco a poco.

En esta fase anotaremos varias cosas:

A. Estilo: si es un folclore, un clásico oriental, moderno, etc. Como para cada estilo necesitamos pasos, recursos, interpretación, vestuario… diferentes tengo que tener claro el estilo. Si no estás segura, pregúntale a alguien que creas puede ayudarte, no pasa nada por preguntar y nadie nace aprendido.

B. Traducción: si es una canción cantada buscaremos traducción, porque nos ayuda con la expresión, y a estar acorde con la letra. Si no es cantada, averigua al menos el significado del título y de quién es.

C. Emociones que expresa: si es romántica, alegre, sensual, elegante… Es un tema al que yo he dedicado varios años de estudio y que me apasiona. Hay que saber qué energía transmite cada parte de la canción. Hay algunas que la misma cualidad o emoción está presente todo el tiempo, pero hay muchas otras que tienen distintas partes, y cada parte tiene una energía y carácter completamente diferente, por ejemplo, la rutina oriental.

* Una vez llegados  a este punto, es momento de buscar en nuestro repertorio, los pasos, combinaciones y recursos para hacer que nuestra danza se vea muy elegante, o alegre, o que exprese amor, desamor…  lo que sea que necesitemos para nuestra canción. Si te apetece ahondar en este tema, en el módulo 1 de la Formación Profesional hay un vídeo tutorial sobre cada tipo de emoción o cualidad.

D. Partes y estructura básica: Dibuja un primer esquema con las distintas partes que identificas, qué energía tiene cada una y su duración.  

Para una rutina oriental, clásico oriental o mejancé este primer esquema podría ser algo así:

0:00 – 0:30 introducción muy enérgica.

0:31 – 1:35 parte más tranquila, delicada y elegante.

1:36 – 2:10 rápida y animada.

2:11 – 2:57 folclore muy alegre.

2:58 – 3:40 parte con acentos, fuerza.

3:41 – 4:57 final igual que la introducción, enérgico y rápido.

*Si es una canción con la estructura normal, que tiene introducción, letra, estribillo y parte instrumental haríamos su esquema con estas partes.

Así sabemos cuántos estribillos tengo en total, cuántas partes de letra, instrumentales… y decido si quiero repetir alguna parte o no.

E. Niveles de energía: casi todas las canciones tienen diferentes niveles de energía en sus distintas partes. Lo normal es que en una canción cantada, el estribillo sea la parte más enérgica, las instrumentales un poco menos y  las partes de letra son las más tranquilas. No siempre es exactamente así, hay que prestar atención a la música.

F. Ritmo/s: si es uno o varios, identificarlos. Así sabrás con más certeza qué tipo de movimientos son los que quedan bien.

Sé lo que estás pensando… que es difícil y aburrido aprender los ritmos, pero si quieres pasar de nivel, ser una buena maestra y bailarina, necesitas conocerlos. Tarde o temprano llegaría este momento, cuanto antes te pongas, mejor.

G. Instrumentos: intenta identificar en qué partes está tocando la orquesta completa, en cuáles sólo un instrumento solista, y en cuales está parte de la orquesta de fondo y un instrumento de protagonista.

Con estos datos ya deberíamos tener una idea global de qué podríamos bailar, pero te propongo ahondar más sobre papel.

4. Análisis detallado

Con el primer esquema delante, vamos a preparar en otra hoja el análisis más detallado.

En el margen izquierdo yo suelo poner en qué minuto y segundo empieza cada frase, me ayuda mucho. Deja también espacio en la parte derecha para ideas y otros apuntes que considero importantes.

Ahora tenemos que dibujar la canción lo más al detalle posible.

Hazlo a tu manera, algo que para ti sea útil y que entiendas fácilmente. La idea es que de un vistazo sobre un folio veas la canción completa, qué partes tiene, cuánto dura cada parte, qué ritmo/s tiene, la energía o cualidad que predomina, cuándo está toda la orquesta, parte de ella o solo un instrumento… y cualquier otro dato que sea importante.

Yo suelo anotar literalmente todo. Cada línea es una frase completa, cuando hay melodía que sube y es más aguda el dibujo sube hacia arriba, con las partes más graves, hacia abajo. Justo encima de cada línea-frase pongo en qué tiempo del ritmo estamos y cuántos instrumentos hay y cuáles son. Y por encima me dedico a los acentos de darbouka que están sobresaliendo en la música, y si son dums o tacs.

Si consigues dibujar bien todos los detalles, te aseguro que tendrás la coreografía prácticamente hecha sin haberte levantado de la silla siquiera. De un solo vistazo tendrás mentalmente muy clara la canción y qué hacer en cada momento. Es importante conocer bien los ritmos, instrumentos y cualidades para que sea más fácil y rodado, pero como todo, es cuestión de tiempo y práctica.

5. Bailando

Ahora sí en este punto, me levanto y bailo. Voy improvisando, probando cosas, pero realmente si lo anterior está bien trabajado para estas alturas ya sé qué tengo que hacer en cada parte, en ocasiones bastante concreto.

Con todos los datos ve creando la coreografía, poco a poco.

A mí me gusta escribir los pasos para no olvidarlos, y con el esquema delante para tener claro en qué parte estoy, cuánto llevo, cuánto me queda y así también veo si algo se repite en la música.

6. Correcciones

Con la coreografía terminada y más o menos aprendida, lo siguiente que yo hago es grabarme bailándola. Veo el vídeo y así sé cómo queda, porque no es lo mismo lo que se siente al bailarla, que el resultado final para alguien que mira como espectador.

Siempre veo algo para mejorar o pulir.  Las cosas que tienes que vigilar en este momento serían:

  • Si te mueves por el espacio todo lo que la música pide en cada momento. A más instrumentos tocando y/o más energía en la música, más espacio tengo que recorrer y ocupar. Y al revés.
  • Si utilizas pasos variados. Para cada parte hay más de un movimiento que queda bien, así que si ves que repites mucho alguno, intenta probar con otro, o mejor aún, prueba el mismo pero hecho de distinta manera. Puedes girarlo, cambiarlo de dirección, cambiarle los brazos o cambiarle la energía.

Recuerda que tienes en marcha estos días el Reto gratuito – Crea tu propia coreografía, donde vas a aprender en profundidad mi Método y vas a crear tu propia coreografía que encaje con la música como un guante, aunque sea la primera que haces.

Y si quieres convertirte en una auténtica experta en la creación de coreografías, te propongo que entres a mi curso Laboratorio coreográfico.

Espero que te haya servido mi método para crear coreografías. Utiliza los comentarios para contarme si ya has creado alguna. Te leo.

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