Una coreografía es como un helado, los bocados más ricos son el primero y el último.
Por eso, tenemos que cuidar las entradas al escenario y las poses finales. Lo del medio es importante, por supuesto, pero el primer contacto y el cómo terminas, lo recordará mucho más el público y lo tendrá más en cuenta para formarse su opinión sobre tu actuación.
Nunca tendrás una segunda oportunidad de causar una primera buena impresión. Los detalles son esenciales y en base a ellos construimos nuestras opiniones. Merece la pena invertir tiempo en planificar bien esos momentos clave en nuestras coreografías.
Y por eso este post. El tema de las poses finales da para mucho, así que hay tres partes. En esta primera me voy a centrar en finales normales.
Como nuestra tarea es tridimensionar la música y hacer visible el sonido, tenemos que pensar una pose que dibuje muy bien el final que hay en la canción.
Con finales normales me refiero a que hay un golpe final donde hacer la pose y punto. Hay otros finales que tienen doble golpe, por ejemplo, o que no tienen golpe y que acaban suave, de forma más romántica.
Cada tipo de final hay que abarcarlo de forma distinta. He seleccionado varios trocitos de distintas canciones para que tengas muchos ejemplos.
En el vídeo te dejo 20 opciones distintas. No todas son la pose directamente, algunas son más elaboradas y tienen una preparación previa. Puede ser un giro y pose, o puede ser una preparación y pose. Lo importante es tener muchas opciones para adaptarte bien a cada estilo, canción, coreografía etc.
Seguro que estas ideas te van a servir y que podrás usar muchas de ellas. Quiero que prestes atención a los detalles, no solo a la pose en sí. Me refiero al ángulo de la cabeza, a dónde miran los ojos, cómo están colocados los pies. Cada detalle cuenta.
¿Te ha gustado, bailarina? Cuéntame en los comentarios qué números son tus favoritas. Te leo.
Muy bonitos Patricia. Muchas gracias. ❤️
Me alegro que te gusten María Teresa, pronto muchas más poses! Gracias por tu comentario.