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Patricia Beltrán

Profesora de danza

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Belly Biblioteca – Juan Salvador Gaviota

Voy a empezar esta sección con un libro que -de entrada- tiene poco o nada que ver con la danza árabe.

Quiero que sea un espacio donde compartir contigo mis libros-joya que no pueden faltar en mi vida y que me han aportado mucho conocimiento.

Me encanta leer y no solo por pasar el rato. Jamás he leído una novela, por ejemplo. Todos los libros que elijo tienen una función en mi vida y algo que enseñarme. Busco absorber la sabiduría que habita en las páginas y no cualquier libro sirve.

También por supuesto te hablaré de libros sobre danza árabe, pero no quiero limitarme. Además, con el tiempo me he dado cuenta de que cualquier tema me deja lecciones sobre la danza árabe. Todo está relacionado y todo sirve.

Empezamos por uno que puedes leer en una tarde, en un viaje en tren o en dos noches antes de dormir. En realidad, te recomiendo cualquier libro de Richard Bach, y empieza por favor con este.

Sobre el autor

Richard Bach nació en 1936 en Estados Unidos y entre 1957 y 1962 fue piloto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Después, también ha sido instructor de vuelo, piloto y mecánico de aviación.  Toda su vida ha estado ligada a la aviación y siempre afirma que volar es su religión.

Casi todos sus libros tienen relación con aviones o con volar, pero no te preocupes si no es un tema del que entiendas. Richard es un artista con las palabras y te llevará de la mano para que te familiarices con los términos sin haberte dado cuenta.

Creo que he leído todos los libros que tiene en español, y mi favorito es Juan Salvador Gaviota.

Juan Salvador Gaviota

Es el nombre completo del protagonista del libro, que es una gaviota que no se conforma con la vida que ve que tienen las de su especie.

Juan ve con tristeza que todas las gaviotas de su bandada solo esperan que llegue algo de comida para pelearse por ella sin más aspiraciones en la vida. Pero él es distinto, a él le encanta volar. Y por su cuenta, prueba más y más formas de volar: más rápido, más lejos, más arriba, más abajo.

Descubre variedades de peces para comer que no están al alcance de las gaviotas comunes, pero lejos de seguirle, su bandada le da la espalda y su familia se avergüenza de él.

Su mamá le dice: Juan, ¿para qué quieres volar más lejos y más rápido si aquí en la orilla hay comida?

Primeras líneas

Voy a dejarte con las primeras líneas del libro donde vas a captar toda la esencia de esta maravilla:

Amanecía, y el nuevo sol pintaba de oro las ondas de un mar tranquilo.

Chapoteaba un pesquero a un kilómetro de la costa cuando, de pronto, rasgó el aire la voz llamando a la Bandada de la Comida y una multitud de mil gaviotas se aglomeró para regatear y luchar por cada pizca de comida.

Comenzaba otro día de ajetreos.

Pero alejado y solitario, más allá de barcas y playas, está practicando Juan Salvador Gaviota. A treinta metros de altura, bajó sus pies palmeados, alzó su pico, y se esforzó por mantener en sus alas esa dolorosa y difícil posición requerida para lograr un vuelo pausado. Aminoró su velocidad hasta que el viento no fue más que un susurro en su cara, hasta que el océano pareció detenerse allá abajo. Entornó los ojos en feroz concentración, contuvo el aliento, forzó aquella torsión un… sólo… centímetro… más… Encrespáronse sus plumas, se atascó y cayó.

Las gaviotas, como es bien sabido, nunca se atascan, nunca se detienen. Detenerse en medio del vuelo es para ellas vergüenza, y es deshonor.

Pero Juan Salvador Gaviota, sin avergonzarse, y al extender otra vez sus alas en aquella temblorosa y ardua torsión -parando, parando, y atascándose de nuevo-, no era un pájaro cualquiera.

La mayoría de las gaviotas no se molesta en aprender sino las normas de vuelo más elementales: como ir y volver entre playa y comida. Para la mayoría de las gaviotas, no es volar lo que importa, sino comer.

Para esta gaviota, sin embargo, no era comer lo que le importaba, sino volar. Más que nada en el mundo, Juan Salvador Gaviota amaba volar.

Este modo de pensar, descubrió, no es la manera con que uno se hace popular entre los demás pájaros. Hasta sus padres se desilusionaron al ver a Juan pasarse días enteros, solo, haciendo cientos de planeos a baja altura, experimentando.

No comprendía por qué, por ejemplo, cuando volaba sobre el agua a alturas inferiores a la mitad de la envergadura de sus alas, podía quedarse en el aire más tiempo, con menos esfuerzo; y sus planeos no terminaban con el normal chapuzón al tocar sus patas en el mar, sino que dejaba tras de sí una estela plana y larga al rozar la superficie con sus patas plegadas en aerodinámico gesto contra su cuerpo. Pero fue al empezar sus aterrizajes de patas recogidas -que luego revisaba paso a paso sobre la playa- que sus padres se desanimaron aún más.

– ¿Por qué, Juan, por qué? -preguntaba su madre-. ¿Por qué te resulta tan difícil ser como el resto de la Bandada, Juan? ¿Por qué no dejas los vuelos rasantes a los pelícanos y a los albatros? ¿Por qué no comes? ¡Hijo, ya no eres más que hueso y plumas!

– No me importa ser hueso y plumas, mamá. Sólo pretendo saber qué puedo hacer en el aire y qué no. Nada más. Sólo deseo saberlo.

– Mira, Juan -dijo su padre, con cierta ternura-. El invierno está cerca. Habrá pocos barcos, y los peces de superficie se habrán ido a las profundidades. Si quieres estudiar, estudia sobre la comida y cómo conseguirla. Esto de volar es muy bonito, pero no puedes comerte un planeo, ¿sabes? No olvides que la razón de volar es comer.

Juan asintió obedientemente. Durante los días sucesivos, intentó comportarse como las demás gaviotas; lo intentó de verdad, trinando y batiéndose con la Bandada cerca del muelle y los pesqueros, lanzándose sobre un pedazo de pan y algún pez. Pero no le dio resultado.

¿Quién es Juan?

Juan eres tú. Juan soy yo. Juan es cada persona que va despertando y saliendo de lo establecido por nuestra manada. Quienes no nos conformamos con lo que se conforma la mayoría y que sabemos que hay mucho más.

Juan es quien quiera volar más lejos, más rápido, más alto. Es una oda a la libertad y al crecimiento personal.

Su bandada le rechaza, pero no te preocupes, encuentra otras gaviotas evolucionadas que le guían en su camino. Y más adelante vuelve y enseña todo lo que ha aprendido a otras gaviotas valientes de la playa, que también sienten que hay más vida además de pelearse por la comida.

Lecciones de Juan

Conforme leas, verás que a cada página coges aire y te sientes más libre, con más espacio dentro del cuerpo. Te vas haciendo grande a la vez y ya nunca volverás a ser la misma.

Yo me quedo con estas dos lecciones del libro:

  • Lucha por tus sueños, a pesar de que nadie te siga ni crea en ti. Si en tu interior sientes que algo es para ti, ve a por ello.
  • Otra reflexión que saco es saber distinguirnos como individuos dentro de la manada. Vivimos en una sociedad con más personas, pero a la vez cada uno es diferente, único y especial. No te fundas con la masa, con lo establecido, con lo que se espera de ti. Brilla con luz propia y anda los pasos de tu propio camino.

Mis frases favoritas

Para terminar, te comparto mis frases favoritas del libro. Las tengo escritas en un cuaderno y de vez en cuando las leo para tener a Juan bien presente:

  • Siempre resulta, cuando se sabe lo que se hace.
  • Tenemos que rechazar todo lo que nos limite.
  • Tu cuerpo entero, de extremo a extremo, no es más que tu propio pensamiento en una forma que puedes ver. Rompe las cadenas de tu pensamiento y romperás también las cadenas de tu cuerpo.
  • Tienes la libertad de ser tú mismo, tu verdadero ser aquí y ahora, no hay nada que te lo pueda impedir. Es la ley.
  • La única Ley Verdadera es aquella que conduce a la libertad. No hay otra.
  • La única diferencia entre los evolucionados y los no, es que ellos han empezado a comprender lo que de verdad son y han empezado a ponerlo en práctica.

Conclusión

Te recomiendo este libro con los ojos cerrados. Es un acierto. Aunque no te guste demasiado leer, es tan cortito que para cuando te des cuenta lo habrás terminado.

Si todo lo que has leído resuena con algo de tu interior, ve a la librería de tu barrio y compra el libro, te va a encantar.

Y si ya lo has leído, cuéntame qué te parece y cómo te has sentido leyéndolo. A mí, me hace abrir las alas y elevarme del suelo.

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