Hay mitos y sobre todo falsas creencias, pero es que la danza oriental tiene la imagen muy dañada por culpa de lo que se cree sobre ella.
Lo cierto es que, en cuanto empezamos a bailarla, nos damos cuenta de la realidad y la empezamos a colocar en el lugar que se merece.
Vamos a hablar de cada uno de los mitos alrededor de la danza árabe y voy a explicarte bien desde dentro por qué son falsos.
Resumen
1. Es una danza muy difícil. NO.
En un solo curso puedes aprender cantidad de cosas y estar bailando coreografías completas con mucha soltura.
Sí que es cierto que hay mucho en lo que profundizar. Llevo más de 20 años aprendiendo danza oriental y sigo descubriendo cosas nuevas, aprendiendo más y más. No hay fondo, y eso me encanta, porque tantos años después sigo descubriendo muchas cosas.
Hay movimientos de técnica muy complicados, sí, técnica de disociación bien aislada que lleva tiempo, conocer bien todos los ritmos, instrumentos y estructura musical para bailar cada vez de forma más acertada con la música, etc.
Pero los pasos básicos podrás hacerlos en pocos meses y sentirás realmente que estás ya bailando. Cada curso en la Escuela, el grupo de iniciación baila una coreografía completa y la sacan adelante muy airosas. Y no hago cosas demasiado sencillas, me gusta siempre meter muchos pasos y secuencias.
Llevo bailando flamenco toda la vida, desde que tengo 5 años. Y te puedo asegurar que para cuando ves que bailas algo con gracias y duende, pasa mucho tiempo. Es una danza compleja y complicada.
Sin embargo, creo que la danza del vientre es, en ese sentido, más agradecida. Con 4 pasos básicos puedes bailar dignamente en poco tiempo.
Y para entonces, te habrá enamorado tanto, que querrás aprenderlo todo.
2. Para bailar danza oriental hay que ser joven. NO, NO y NO.
Bailando contamos historias, enseñamos nuestra alma, mostramos un poco de nuestro interior. Cuanto más has vivido, más rica es tu experiencia y puedes expresar la música desde tu conocimiento.
No creas nunca que eres demasiado mayor para bailar danza oriental, por favor. Seguro que tienes historias maravillosas que contar al público con tu danza.
La danza árabe abraza tu experiencia como un tesoro.
3. Para bailar danza oriental hay que ser delgada. NO.
No hay un prototipo de cuerpo que sea necesario para bailar danza árabe. ¿Tienes un cuerpo? Maravilloso, ya tienes lo necesario para bailar. Ni hay que ser una mujer con curvas, ni hay que tener un cuerpo fitness. Tu cuerpo ya es perfecto así para bailar danza del vientre. Y punto.
Es cierto que otras disciplinas, como, por ejemplo, ballet clásico, requieren un tipo de cuerpo muy concreto, pero no la danza oriental. Es maravilloso ver mujeres con distintas edades y cuerpos. No confundamos ser bailarina con ser modelo, son cosas diferentes.
Si aún no has empezado a bailar porque creías que tu cuerpo no es el adecuado, pásate por el Curso de nivel 1 Iniciación y empieza a bailar, por favor. No lo pospongas más por esa razón. Puedes disfrutar de todos los beneficios de bailar danza oriental ya mismo.
4. Es una danza para mujeres. NO.
Muchos hombres alrededor del mundo bailan danza oriental, y además muy bien. Mi maestro en Madrid fue Shokry Mohamed, y me enseñó mucho sobre la sensualidad y feminidad. Lo adoraba.
Hay muchos ejemplos más: Tito Seif, Mohamed Shahin, Khaled Mahmoud y Amir Thaleb, son solo algunos nombres más de bailarines y maestros de renombre internacional. Definitivamente, esta danza es para todo el mundo.
5. Solo se mueve la cadera. NO
Quien crea esto es que realmente no ha bailado danza oriental. Movemos desde los pies, hasta la cabeza, pelo, hombros, manos, dedos… Incluso movemos emociones que hemos ocultado durante años en la mochila que cada una carga.
Sacudimos lo que no hemos dicho, lo que no hemos gritado y lo que no hemos llorado. Me parece que será una de las danzas más completas en este sentido. Y, si lo hacemos muy bien, podemos llegar a mover emociones en el corazón de quien nos mira.
6. Es una danza para seducir a los hombres. NO.
Es una danza de seducción, sí. Pero es una danza para seducirse a una misma. A quien tienes enfrente cuando bailas en el espejo, es a ti misma. Te bailas a ti, bailas para ti, bailas contigo. No importa nadie más.
En la historia sí que se utilizó con el fin de seducir a los hombres, pero estamos en el siglo XXI y las cosas han cambiado mucho.
También hay bailarinas que se mueven de forma demasiado explícita y con carácter sexual. A veces porque les gusta así, a veces porque bailan en determinado local y el dueño exige que se baile de ese modo para que se llene cada noche.
Es una pena porque contribuyen a que este mito siga vivo.
Yo solo puedo ocuparme de mi parte, que es bailar de forma elegante, enseñar a bailar de forma elegante y dejar por escrito cuál es el lugar real de la danza oriental. Para ver si, cada vez más, tomamos conciencia del daño que hace esta imagen y devolvemos a esta danza al lugar que le corresponde. Es una danza elegante, sensual y muy digna de estar en los más grandes teatros.
Espero que te haya ayudado a conocer más la realidad de la danza oriental. Cuéntame, ¿qué otros mitos conoces?