Mi vida está repleta de aventuras y varias de las que guardo con más cariño en mi corazón son de videoclips. En el Capítulo 1 de la serie Diario de una bailarina te conté todo lo que pasó para ese primer rodaje -que yo, probablemente, nunca hubiera planeado-.
Vamos con el capítulo 2:
Resumen
La idea
Terminaba el verano de 2014 y habían pasado ya 3 años desde el primer videoclip. Me había encantado y quería seguir haciendo más. Pero había un problema insalvable: no iba a poder superarlo nunca. Había quedado tan bien, con ese paisaje desértico, con los trajes preciosos de colores, con la coreografía que encajaba en cada parte perfecta y con esa canción tan potente…
El caso es que llevaba esos 3 años pensando cómo hacer un segundo vídeo, pero por muy estupenda que fuera la ubicación, no iba a quedar mejor. Así que, seguía el lienzo en blanco.
Hasta que en septiembre de 2014 se me ocurrió pensar de otra manera. No buscar tanto la parte estética sino darle un giro y hacer un vídeo temático. Así, no sería comparable al otro, porque sería muy distinto.
Después de septiembre viene octubre, y ¡qué más me puede gustar a mí que disfrazarme de bruja en Halloween! Y cuando digo a mí, digo a casi todas las mujeres. Yo en concreto, me siento muy identificada con la temática, estoy segura de que he sido bruja en varias (no una) vidas anteriores porque lo tengo muy arraigado. ¡Me fascina!
Estábamos empezando el curso y esta vez quería que participaran todas las alumnas de la Escuela que quisieran, así que lo propuse enseguida en todas las clases. Te estás imaginando bien, primero, me miraron un poco raro. Pero le gustó a la mayoría mucho la idea así que me puse en marcha para concretar detalles.
Ubicación
Esta parte siempre es una de las más complicadas. Faltaba buscar música, hacer la coreografía, enseñarla y repasarla, crear vestuario, etc., de forma que ya vi que rodaríamos a mitad de octubre.
Aquí en Pamplona el tiempo es muy inestable, en octubre puede ser que salga un fin de semana de ir en manga corta como en verano o de ir ya con el abrigo. Es una lotería. Me gustaba una ubicación en el bosque para bailar de brujas, pero después de preparar todo tantas personas involucradas, no podíamos depender del tiempo.
En ese curso y varios siguientes, además de en mi Escuela, también daba clase los viernes en un pueblo aquí en Navarra. Les conté mi idea y les invité a participar. Les pareció una idea un poco loca, pero se animaron.
Una de estas alumnas, Elsa, era amiga mía por otro lado además de alumna. Cuando les conté que la ubicación aún no la tenía decidida me dijo: “¿Te iría bien una iglesia muy antigua abandonada?”
¿Perdona? ¿Es broma? ¿Puede haber un sitio mejor?
Al día siguiente, que era sábado, organizamos excursión para ver el sitio. Elsa es alcaldesa del valle donde está ese pueblo, así que podía conseguirnos autorización sin problema.
No solo la iglesia está abandonada, sino que el pueblo entero está deshabitado hace varias décadas. Las calles inundadas por la naturaleza y las casas medio derruidas, era un paisaje ideal. En la segunda foto, donde estoy yo, puedes ver cómo estaba en 2014 la calle principal.
Por último, nos enseñó la iglesia. El patio estaba lleno de zarzas con maleza muy crecida. Pero ya notaba que iba a ser perfecta para la temática.
Elsa trajo la llave para abrir el candado. La puerta ha estado abierta varios años y mucha gente ha entrado deteriorándola. Estaba vacía, salvo por el confesionario hecho trizas y un montón de murciélagos que viven dentro.
Todo iba sobre ruedas, tenía una pinta muy buena.
Coreografía
Con el escenario ya preparado podía situarme muy bien para planificar el resto. La canción la tuve bastante clara desde el principio. La versión árabe de Natacha Atlas de la canción I put a spell on you. Si te gusta la canción puedes aprender la coreografía online, porque es una de las que tengo disponibles, abajo te dejo el enlace.
Quería crear la coreografía con pasos que nos dieran ese aspecto de brujas, y probé bastantes cosas hasta dar con secuencias que encajaran bien. Quería incluir escobas también, así que tuvimos que comprar escobas para todas como parte del vestuario.
Dividí la coreografía en varias partes distintas y ahora viene donde cometí un grave error: enseñé la coreografía completa a todas las alumnas que querían participar. (En el primer videoclip solo salieron las bailarinas de mi compañía, que éramos 8 en total y para este vídeo unas 30)
Un poco más adelante entenderás por qué fue un error, en este momento yo no me había dado cuenta de las consecuencias que tendría.
Vestuario
Teníamos que tener pinta de brujas, estaba claro. Una mezcla de brujas y de bailarinas de oriental. Pero brujas reales y no disfraz de brujas. Esa era la premisa que más repetí. Es decir, nada de arañas ni cosas típicas de disfraz. Brujas de verdad, con pedigrí.
Mi madre, que es una artista me dejó una falda suya negra larga de verano. Tenía un poco de vuelo y para darle más volumen rescató el can-can de la comunión de mi hermana. Lo tiñó de negro y lo alargamos un poco para que llegara hasta el suelo. Así la falda quedaba de lujo.
Un cinturón de color morado con flores, un sujetador morado con una red de lentejuelas negras y una diadema a juego con el cinturón y ya tenía mi traje casi listo.
Como podía hacer frío, añadí una chaquetita tipo bolero que encontré en una web de ropa gótica que se ataba al cuello y quedaba ideal.
Las alumnas iban enseñándome sus ideas porque estaban tan emocionadas como yo. Se involucraron muchísimo con todo.
Atrezzo
Ya has visto en las fotos anteriores que la iglesia estaba vacía por dentro, había que ambientarla para que no se notara en exceso lo que quedaba de altar y que pareciera una edificación antigua, un aquelarre en condiciones.
Pedí a las chicas que llevaran varias velas y vasitos de yogurt de cristal para llenarlos de velas. Elsa se encargó de que nos limpiaran el espacio y nos pusieran algunas ramas para darle un toque extra y yo compré varias antorchas.
El caldero
Pero no hay brujas sin caldero. Así que recurrí a mi madre una vez más, que ella tiene siempre de todo. Y efectivamente, en poco rato sacó de una caja un señor caldero bien chulo. No era muy grande, pero tenía que valer.
El caldero no podía estar todo el tiempo en medio quitándonos sitio, así que preparé varias escenas donde sí estaría: la principal era el caldero en medio y las chicas alrededor bailando con las escobas. También al principio y al final, luego te cuento.
Al ser pequeño lo subimos en una pieza de forja para darle más importancia, pero como no se puede hacer fuego, tenía que pensar en algo para que saliera humo.
Fui a San Google y descubrí que el hielo seco está a menos muchos grados, y en cuanto entra en contacto con la temperatura ambiente se deshace con un humo magnífico que es denso y va hacia abajo, ¡justo lo que necesitaba!
Pero tenía que esperar al último día para pedirlo por internet, es caro y cada hora que pasa se va deshaciendo a pesar de estar dentro de una nevera. Así que no sabía cuánto iba a aguantar y no podía hacer pruebas antes. A la aventura.
La historia
Además de bailar hay que contar una historia para que funcione bien. La coreografía estaba ya montada, pero dejé el inicio y final de la canción para esas escenas que explicaran qué hacíamos ahí. No hacía falta una gran trama, algún detalle sería suficiente.
Como había estado en el pueblo y era precioso, además del interior de la iglesia me apetecía usar la calle principal y el interior de algunas de las casas.
La historia quedó así: yo estoy dentro echando una pócima al caldero esperando a todas las chicas. Ellas están en los interiores de las casas y a la hora prevista van saliendo a la calle formando una fila de parejas y caminando hacia la iglesia. Llegan al patio de la iglesia donde se reúnen todas, forman un círculo y entran.
La planificación
Programé un fin de semana completo de rodaje. El primer videoclip nos había costado 4 días en total, así que esperaba que para esta vez fuera suficiente.
En esta ocasión nos grabó Fidel, un amigo de mi marido que se dedica a grabar bodas y spots publicitarios. Mi marido también grabó varias escenas para tener dos planos distintos. Juntos hacen un trabajo muy bueno y ya le expliqué a Fidel que con solo grabar era suficiente, yo me encargaría de la edición.
El fin de semana para el rodaje fue el 17 y 18 de octubre, antes no se podía porque había que preparar muchas cosas. Quería estrenar el videoclip para Halloween, así que tenía que darme prisa con la edición.
Como no hay luz en ese pueblo abandonado, alquilé un generador bien potente y llevé unos cuantos focos para poder iluminar el interior.
Los preparativos
El sábado temprano mi marido, el cámara y yo llegamos los primeros para ubicarnos bien. Habíamos quedado con Elsa para ver el interior y planificar bien en qué dirección grabar dentro de la iglesia. Le acompañaban un par de amigos suyos que la verdad nos ayudaron un montón con todo. En estos saraos, todas las manos son pocas, hay mil detalles.
Mi idea era salir todas juntas en cada escena, pero rápidamente Fidel me bajó a la tierra y me dijo que tururú. Es un sitio pequeño, pero además el altar está en alto con dos escalones y ya me dijo que ahí máximo 5-6 personas para que se viera a todas bien. Una fila atrás arriba de las escaleras y otra abajo delante. Y ya.
Así que, en un momento, se me desplomó la idea y tuve que hacer un cambio de planes sobre la marcha. Había que dividir a las alumnas y crear grupos. Hice 6 grupos diferentes y ahora está donde viene el problema que deriva de aquí.
Como todas se habían aprendido toda la coreografía, tuvimos que grabar cada parte de la música con cada uno de los 6 grupos. Nunca sale bien a la primera y se graban muchos planos distintos, así que con cada grupo había numerosas grabaciones de cada escena.
En ese momento estaba tomando decisiones de última hora importantes y estaba con todo el subidón de la experiencia, pero podía entrever los problemas que surgirían de esto. De cada escena iba a tener un número ingente de grabaciones. Y no solo es elegir los trozos que mejor quedan y los planos más chulos, sino que además hay 6 grupos de alumnas distintos y hay que sacar a todas de forma equilibrada.
Aprendí muy bien la lección, y en todos los videoclips que he rodado desde este he dividido las escenas y a la gente. No enseño todo a todas, sino que ya planifico en cada escena quién sale. Así para ellas es más sencillo porque se tienen que aprender menos secuencias y para el día del rodaje vamos más rápido.
No hay como meter la pata para aprender la lección.
Colocamos los candelabros, velas, antorchas y focos y nos dimos cuenta de otro problema. Con los focos que teníamos no era suficiente para iluminar bien creando ambiente misterioso. Como las alumnas no habían salido de casa aún porque venían más tarde, tuve que avisarles para que trajeran todos los focos y alargaderas que tuvieran a mano.
Si es que ya me lo dice mi madre: “Te metes en cada berenjenal…”
La grúa
Elsa había puesto unos globos en las señales para que las chicas supieran llegar a la ubicación y todas, vestidas y maquilladas desde casa fueron llegando en los coches. Perdón, todas no.
Charo no llegó. Sitúate: llevaba a varias alumnas en su coche, pinchó una rueda, no la podía cambiar y llamó a los municipales y a la grúa. Todo esto vestidas de brujas… La grúa le llevó a casa y a las demás las recogieron en otros coches.
El jardín del Edén
Elsa había movido hilos, y cuando llegamos estaba la iglesia limpia, con varias ramas decorando todo y, la mejor parte, el jardín sin maleza perfecto para dejar nuestras cosas y estar unas mientras rodaban otras.
Hizo un fin de semana con un tiempo maravilloso veraniego, así que llevé una jaima con mesas y sillas para poder comer. ¡La colocamos en el jardín de lo limpio que lo habían dejado!
Primer día de rodaje
Según hice los grupos escribí por whatsapp a las chicas para decirles en cuál estaban y contándoles el cambio de planes. Lo entendieron perfectamente y además les daba margen de disfrutar del entorno –y de la jaima- cuando no les tocaba grabar.
Fueron llegando todas las bruji-alumnas y pudimos colocar los focos extra para iluminar bien todo. Nos quedó más o menos así:
Recuerdo que Fidel, el cámara, no había dormido bien y pedía café en vena. Elsa, que vive en un pueblo cerca, fue a casa y se trajo la cafetera con un café bien potente de los que levantan la boina. Así que se tomó dos en poco rato y empezó a grabar bien ligero.
Con todas ya preparadas empezamos.
El humo
Había llegado el momento de probar el hielo seco famoso para ver si el humo que producía quedaba como se esperaba. Hasta ese momento no había hecho ni abrir la nevera porque está a varios grados bajo cero, en cuando hace más calor se consume rápido. No podíamos desperdiciar ni un trocito antes de tiempo.
La explicación que me dieron al comprarlo fue: coger con pinzas o guantes un poco, cerrar la nevera inmediatamente, colocar los trocitos en un recipiente y echarle agua caliente. Así, con el contraste sale ese humo maravilloso denso que cae.
Como me imaginaba que no duraría mucho tiempo el hielo seco empezamos grabando todo lo que tenía planificado con el caldero. Y, efectivamente, tuvimos que ser rápidas porque dura menos que la risa de un loco.
Aquí puedes ver la realidad de cómo grabamos las escenas finales de los créditos, donde estamos en grupo mirando el caldero con el humo y nos vamos mientras se queda la cámara enfocando al caldero y salen los nombres de todos los participantes. Omite por favor las palabras malsonantes y mi risa de bruja:
Grabando
Toma 1 grupo 1. Toma 1 grupo 2. Toma 1 grupo 3. Toma 1 grupo 4. Toma 1 grupo 5 y toma 1 grupo 6.
Como había alumnas que llevaban poco tiempo bailando, salí delante en todas las escenas para ayudarles, así que calcula las veces que pude bailar la coreografía entre sábado y domingo.
Todo salió bastante bien, avanzamos bastante con el material, más o menos la mitad, que era lo previsto para el primer día.
Aquí puedes ver algunas fotos durante el rodaje:
Ya te he contado la parte de la historia del inicio, donde les espero y ellas van llegando. El sábado tuvimos que quedarnos más rato a la noche, para grabar la parte donde ellas van llegando por la calle y que estuviera oscuro. En la iglesia no había mucha luz, así que parecía de noche igualmente.
En el coche de vuelta a casa, Fidel me dijo que revisara bien la primera escena entera (con sus versiones para todos los grupos) porque había empezado con unos parámetros en la cámara que luego había cambiado. Desde la segunda, ya le gustaban más, pero tenía duda de si esas primeras grabaciones valdrían o serían muy oscuras.
Al llegar a casa, descargué el material de las tarjetas al ordenador y aunque estaba descuajeringada, me moría de ganas de ver cómo quedaba. Y efectivamente tenía razón, estaban mucho más oscuras que el resto, no había forma de levantarlas e igualarlas a lo demás. Así que tarea extra para el…
Segundo día de rodaje
Empezamos repitiendo todo lo que estaba oscuro y ya seguimos con el planning. Todo perfecto, salvo que un colgante de granates muy brujil que me había prestado mi madre se me olvidó en casa. Así que cuando veas el vídeo ya sabes qué trozos son del sábado y qué otros del domingo. Un mal menor, si no lo cuento no te hubieras dado cuenta viendo el vídeo.
Las chicas lo pasaron genial y pudieron disfrutar del sol en un entorno muy especial. Como tenían tiempo libre mientras grababan otros grupos les dio tiempo a hacerse auténticos books de fotos:
El rodaje del domingo fue sobre ruedas, conseguimos acabar todo y a media tarde ya estábamos recogiendo la jaima del jardín. Casi 30 brujas de recogida para casa con los focos y los vasos de cristal para las velas.
Súper agradecida a Elsa por hacerlo posible en este pueblo tan especial y a sus amigos por la ayuda durante todo el fin de semana. Al cámara por aguantar horas y horas de rodaje, a mi familia por ayudarme en cada berenjenal que me meto y a mi marido en especial.
Y como no, a mis hijas, que entonces tenían 5 y 7 añitos. Aunque no salen en este videoclip, ellas estuvieron todo el fin de semana con nosotros disfrutando de la aventura y vestidas para la ocasión:
La edición
Ya te he ido poniendo en situación de lo que iba a encontrarme al sentarme a editar. Unas 100 tomas de cada escena. Ahora ve y elige. Trozos donde sale la coreo bien, no hay cosas raras, queda bonita la escena y de forma equitativa para que salgan todas. Te lo puedes imaginar, ¿verdad? Sí, un caos.
Pero ya no había vuelta atrás y con muchísimo esfuerzo fui poco a poco y monté un primer boceto. Se lo enseñé a Fidel para que me diera su bendición y casi lloro cuando me dijo que le resultaba aburrido y que este vídeo pedía más “ritmo”. ¡Me cago en todo el ritmo!
Lo respiré y horas más tarde volví a sentarme para recortar escenas más cortas que aceleraran el dichoso ritmo. Arreglé solo un trozo para volvérselo a enseñar y ya entonces escuché música celestial de la boca de Fidel: “Ahora sí mola”.
Me senté otra vez a cortar clips más cortos.
Luego me faltaba igualar los colores y luces y darle un aspecto a todo más oscuro para que encajara mejor en la temática.
Vamos, que la silla cogió la forma de mi culo, pero el día 31 el vídeo estaba en YouTube como había previsto.
El videoclip
Ahora, voy a enseñarte el videoclip ya editado y terminado para que veas el resultado:
Si quieres, puedes aprender esta coreografía -sin escoba-, pincha aquí: Coreografía I put a spell on you.
Queda espectacular, a mí me encanta este vídeoclip y me siento de bruja como pez en el agua. Esa escena donde estoy echando la pócima al caldero es para mí mejor que un orgasmo. Me identifico completamente, de hecho, tengo varios gifs sacados de este vídeo:
Este gif con la escoba se ha usado casi 5 millones de veces:
Si pones la palabra bruja o brujas en el buscador de gifs, me verás entre los primeros resultados con estos que te he enseñado y con otros nuevos que he grabado para Halloween en 2021 con mis bailarinas de la Compañía, pero esto ya te lo contaré en otro capítulo.
En la revista del Valle
Elsa había comunicado en los medios que se iba a realizar un rodaje en el pueblo, y aparecieron para hacer fotos y entrevistarme, aquí puedes ver el artículo que publicaron en la revista del Valle de Izagaondoa:
Conclusión
Este videoclip lo recuerdo con mucho cariño. Yo siempre disfruto con estas cosas, pero esta vez sentí que las 30 alumnas que se embarcaron habían disfrutado como enanas en el circo.
El vestirnos de bruja nos encanta, bailar también, salió un fin de semana veraniego estupendo, tuvimos la jaima en el jardín ahí mismo donde estar y compartir… Un 10 le doy a esta experiencia.
Si te gusta esta sección de Diario de una bailarina, ¡aún te queda mucho por disfrutar! Aquí puedes leer el capítulo 3, que se titula La camella.
Cuéntame en los comentarios si te gusta leer mis aventuras, te leo.
Felicidades Patricia un trabajo espectacular
Gracias Inma ❤️