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Patricia Beltrán

Profesora de danza

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Diario de una bailarina – Capítulo 1: El desierto

10 de julio de 2011:

– Hola buenas, tardes me gustaría hablar con Patricia.

– Soy yo, dime en qué puedo ayudarte.

– Mi nombre es Tony y quiero proponerte algo un poco extraño. Me dedico a grabar bodas y para poder abrirme a otros sectores me gustaría grabarte un videoclip bailando. ¿Podría ser?

Así comenzó una de las grandes aventuras de mi vida.

Yo estaba de vacaciones en la playa y esta llamada me dejó con muchos interrogantes. Me gustó la idea, y le pedí que me dejara un tiempo para pensar cómo podía darle forma.

Me pareció una gran oportunidad, y quería hacerlo bien, aprovechar esta ocasión que yo presentía iba a ser una gran aventura. Y no me equivocaba.

Lo que tuve claro desde el principio es que quería hacerlo con mis bailarinas de la Compañía y compartirlo con ellas. Así que el resto de mis vacaciones pasé horas pensando opciones.

Vi el trabajo que Tony hacía para bodas y me encantó, lo difícil era crear un videoclip de danza oriental sin tener ningún otro de referencia. Después, más bailarinas han creado los suyos, pero en este momento no había donde inspirarse, salvo en mi imaginación.

En cuanto volví a Pamplona me reuní con él para conocernos y concretar detalles. Él me dijo que había estado viendo vídeos de varias bailarinas de la zona y me eligió a mí. También me contó que había pensado ya en una ubicación para el rodaje, las Bardenas Reales.

Mi pregunta principal era: ¿bailamos una coreografía como si fuera un espectáculo y lo grabas desde varios ángulos o creo una coreografía por trozos para ir cambiando de traje, elementos, etc?

A casi todo, él me respondía: Como tú quieras, podemos hacerlo como quieras.

El proceso

Miles de posibilidades se mostraban antes mí, y como tengo costumbre de entregarme en cada proyecto, dejé que la creatividad me guiara y en pocos días tuve todo organizado.

Elegí una canción de Paul Dinletir llamada Pharaonic Oddissey porque es muy animada y variada. Así podría incluir distintos elementos.

Cogí varios folios y dividí la canción en 54 partes distintas, las 54 tomas que tiene la coreografía en el videoclip. Para cada parte pensaba, por un lado, en los pasos. Por otro, en el número de bailarinas y, por último, el vestuario.

En la compañía tenían en ese momento 9 o 10 trajes cada una, así que me pareció buena idea usar la mayoría para darle más color.

A los pocos días, le llamé para decirle que tenía el boceto y aún recuerdo su cara cuando vio mis papeles con las 54 escenas.

Tony aún no me conocía bien, pero si tú me sigues hace tiempo, ya sabrás que me gusta hacer las cosas bien, con mucho cariño y detalle. Para hacer algo así sin más, prefiero no entrar. Los proyectos que elijo son para volcarme y hacerlos lo mejor que pueda. No de cualquier forma, sino de la mejor que sea capaz. Esto es un arma de doble filo porque es mucha exigencia y muchas veces he sentido el agobio, pero merece la pena cuando veo el resultado.

Las pruebas

Una vez yo tenía planteadas las 54 escenas de la coreografía faltaba una excursión a las Bardenas Reales para hacer pruebas de cámara y situarnos bien.

Las Bardenas Reales es un espacio protegido aquí en el sur de Navarra, es un paisaje desértico en el que han rodado varias películas. Es imponente.

En pleno agosto nos presentamos allá a las pruebas de cámara varias de mis bailarinas, algunos maridos, Tony y yo.

Además de un calor abrasador, nada más en especial sobre esta visita. Concretamos algunas de las zonas, las marcamos en un mapa y al terminar fuimos a tomar algo al pueblo de al lado.

Estábamos muy emocionados todos porque presentíamos que iba a quedar bien, pero había algo que aún me faltaba. La canción tiene unos 50 segundos en el principio de una introducción misteriosa que no se baila, y la coreografía empezaba después. No tenía ni idea de qué hacer en ese principio y quedaban solo 2 semanas para el primer día del rodaje.

Y entonces sucedió.

Javier, el marido de una de las bailarinas, terminó el trago de cerveza y dio una idea que nos hizo reír a carcajadas.

– Patricia, ¿por qué no buscas dos chicos de torso esculpido y untados en aceite y te paseas con ellos detrás por el Castillo de Olite?

No podíamos parar de reír, hasta que Tony dijo:

– Quedaría perfecto, además la canción se llama Pharaonic Oddissey, si te vistes tipo Cleopatra estaría perfecto para el principio. Además, tengo contacto en el Castillo de Olite y me dejarán grabar.

Seguimos riéndonos, pero planteándonos la idea un poco más en serio cada vez. Te confieso que, por un momento en la vida, me gustaba la idea de sentirme Cleopatra con dos guardaespaldas detrás.

En busca de los guardaespaldas

Dos días más tarde me presenté en un gimnasio de toda la vida en el barrio de al lado.

Nada más entrar, tuve que aguantarme la risa al ver las paredes llenas de posters con mujeres desnudas cual taller de coches de los 80.

Es un gimnasio pequeño, y me atendió el dueño, un señor mayor muy agradable y dispuesto.

– Buenas tardes. Vengo a pedir una cosa un poco rara. A ver si puedes ayudarme.

Así comencé a explicarle que necesitaba dos chicos que tuvieran torsos bien trabajados. Creo que fue lo más divertido que le había pasado en varias semanas y en dos minutos me pasó a la sala a ver la mercancía.

No puedo describirte lo divertido que fue y lo que me reí. Ese momento lo recordaré toda la vida.

Enseguida Javier, así se llama el dueño del gimnasio, me había preparado una fila de chicos sin camiseta para elegir. Como yo estaba un poco traspasada con la situación, él me ayudó y me dijo cuáles tenían los músculos mejor trabajados. Ya tenía dos guardaespaldas. Solo faltaba que yo les fabricara una faldita a la rodilla con cinturón dorado y que el día indicado llevaran aceite para untarse el torso.

El rodaje

Domingo 21 de agosto, 6:00 de la mañana. Estábamos en la entrada de las Bardenas Reales con todo preparado. Habíamos quedado a las 4 en la Escuela para maquillarnos, peinarnos y a las 5 salir en coche, ya que cuesta una hora llegar.

La previsión era grabar la coreografía completa durante el día, pero 54 escenas son muchas. Y el suelo de las Bardenas tiene muchas piedrecitas. Y estábamos a 39 grados. Y por la tarde se levantó un aire que no veas. Y queríamos cambiarnos de traje 10 veces. Imagínate.

Tuvimos también suerte de que una de las chicas llevó la autocaravana, así teníamos camerino y baño en medio del desierto.

Lo que sí hice fue ordenar las escenas por trajes y no en orden de la música. Así, empezamos a grabar todo lo que iba con el traje azul de flecos primero, aunque fueran la toma 1, 5, 9, 27 y 52.

Como te puedes imaginar fue agotador. Suerte que en la autocaravana había una escoba y pudimos barrer cada vez que cambiábamos de ubicación. Aún recuerdo como se nos derretía el maquillaje con el calor cual helado bajo el sol.

Grabamos bastante, pero había que volver otro día.

En cuanto se fue la luz tuvimos que meternos a los coches en segundos porque aparecieron mosquitos asesinos de medio kilo a por nosotras. EL segundo día de rodaje nos pusimos maquillaje por el cuerpo tapando estratégicamente los picotazos.

Resumen del día: un 60% de las escenas grabadas, pies sangrando, piel quemada por el sol y picotazos hasta en las orejas. Pero felices.

Día 2 de rodaje

Ya teníamos experiencia, volvimos a madrugar mucho y esta vez la lista de escenas para grabar era menor. Así tuvimos oportunidad de repetir escenas que no habían quedado bien.

Hubo una en especial que nos hizo perder mucho tiempo. Las chicas se tenían que desplazar en círculo con el velo y yo en el centro girando. El primer día la habíamos grabado, pero era tarde y las sombras tan largas quedaban muy raras. La escena el primer día nos quedó así:

Este segundo día el aire estaba especialmente revoltoso y no quiso que se grabara como estaba planeado. Tras varios intentos tuve que modificar la coreografía para usar el aire a nuestro favor. Lo grabamos desde varios ángulos para darle dinamismo, pero el principal es este. A ver si adivinas dónde está subido el cámara:

Conseguimos terminar todo, pero no nos sobró ni un minuto. Ya sabíamos a qué hora exacta recoger y desaparecer antes de ser devoradas por los mosquitos.

Ya solo faltaba grabar la introducción con los guardaespaldas.

Día 3 de rodaje

Esta vez en el Castillo de Olite.

Es un castillo medieval que tenemos aquí en Navarra, está perfectamente conservado y la idea de Tony era que camináramos entrando al castillo y recorriendo algunas de las zonas. Y eso hicimos.

Enseguida Tony se dio cuenta de que 50 segundos era mucho para solo caminar por los pasillos del castillo y había que añadir algo.

Se nos ocurrió que las chicas estuvieran en una habitación del Castillo esperando y yo llegara tipo Cleopatra – sacerdotisa para darles una especie de poderes para poder bailar.

Ya en Olite no podríamos rodar más, porque no teníamos más permiso y tuvimos que pensar en otra opción para hacer de interior del castillo.

Así llegamos a…

Día 4 de rodaje

En el Castillo de Gorraiz. Este lo tenemos aquí al lado, y nos dieron permiso para grabar en una de las habitaciones interiores. Todas las paredes son de piedra, así que colaría por una habitación del Castillo de Olite.

Esta parte la grabamos bastante rápido. Ya solo quedaba montar todo el vídeo.

Si había tomas de 2 castillos, más 54 escenas de coreografía repetida cada una varias veces, calcula el material.

El montaje

Pasaron las semanas y Tony me dijo que había intentado montarlo pero que era un caos tanta toma. Había editado ya la entrada en los dos castillos, pero lo del baile le superaba. No me extraña.

Le dije que me pasara todo el material que yo me encargaba. Había estudiado edición de vídeo y solo yo sabía cuál era cada escena y en qué orden iba. Así que me puse manos a la obra.

El vídeo

Por fin, podía salir del horno. Era febrero de 2012.

Yo había disfrutado un montón dando rienda suelta a mi creatividad y Tony había grabado planos maravillosos. El paisaje, la luz y el color de los trajes no podían encajar mejor. Estábamos perplejos del resultado, había sobrepasado con creces nuestras expectativas.

Ahora mismo tiene 5 millones y medio de reproducciones en YouTube.

Conclusión

Me había gustado tanto la experiencia que quería más. Pero, me parecía tan difícil de superar que hasta final de 2014 no grabé el siguiente. Y tuve que utilizar una idea muy diferente porque no iba a poder superarlo. Pero eso será en el siguiente capítulo.

Aquí te dejo varias fotos del proceso:

Rodaje en las Bardenas
Tony grabando en las Bardenas
Grabando la escena de los velos
Rodaje en las Bardenas
Rodaje en las Bardenas
Rodaje en las Bardenas
Posando en las Bardenas
Posando en las Bardenas
En el Castillo de Gorraiz
En el Castillo de Gorraiz

Cuéntame, ¿Qué te ha parecido? ¿Conocías este videoclip? ¿Te gustaría que te contara más experiencias como esta?

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